1. De novio de mi mamá, a mi papá. Juegos discretos.


    Fecha: 18/09/2022, Categorías: Fetichismo Gays Masturbación Autor: GangCharlyBang, Fuente: SexoSinTabues30

    ... por que no fue al baño acá arriba pensé. De pronto recordé que el baño de abajo tiene una pequeña ventana alargada por lo ancho que daba a las tejas del cuarto de lavado. Y que yo, podía llegar hasta este, por el tejado por fuera de mi ventana que circundaba la fachada y que se daba justo por encima de aquellas tejas. Por lo que, sin hacer ningún ruido, abrí mi ventana y me escabullí por el tejado hacia el patio. De allí, bajé al tejado sobre el cuarto de lavado y me acosté sobre este. Y repte hasta ver el interior del baño que tenia la luz encendida. Allí, aprecie el espectáculo más maravilloso de toda mi vida. Aquel hombre maravilloso estaba recargado en la pared del suelo del baño, completamente desnudo. Pude ver su cuerpo bronceado, su pecho lleno de un espeso vello oscuro, el cual, descendía por su abdomen y se fusionaba con su abundante vello púbico. Sus piernas estaban extendidas y sus grandes pies eran dos obras de arte. Y su verga, era enorme y gruesa. Pues, media 18 centímetros de largo. Su tronco estaba cubierto por la palma de su mano que recorría al principio y de manera lenta toda su longitud. Su verga era un poco más morena que su tono de piel, tenia unos grandes y peludos testículos, que semejaban dos cocos, llenos de leche tibia. Su glande era rosado y cabezón. Su verga era jugosa y de inmediato note que mi verga también estaba parada. Y junto con el e imitando sus movimiento comenzó a seguirle el paso. Su mano comenzó a moverse cada vez más rápido. Cada cierto tiempo, quitaba su palma de su pene grueso y suculento. Para lamerla y seguir con el trabajo. Frotaba de arriba abajo, cada vez con más fuerza. ¡Fap! ¡Fap! ¡Fap! Su respiración se entrecortaba en jadeos ahogados. ¡Ahh…! ¡Ahh…! Y al mismo tiempo y de manera casi sincronica, de nuestros penes broto un chorro de semen. Lo mío fue muy poco, solo dos expulsiones bastaron. Pero a él le broto un chorro muy abundante. Su leche tibia y viscosa había caído sobre su abdomen marcado y había manchado también su barba de candado. Entonces gire para recoger mi propio semen y tragarlo, pero de pronto, note que él se había levantado de golpe y que me estaba observando con un mueca de sorpresa en su rostro. Nuestras miradas estaban cruzadas, nuestros penes erectos y nuestras manos en la masa… 
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