1. De novio de mi mamá, a mi papá. Juegos discretos.


    Fecha: 18/09/2022, Categorías: Fetichismo Gays Masturbación Autor: GangCharlyBang, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mexicana). Tomé un tazón de la alacena y me serví leche, para luego poner el cereal y revolverlo. Salí al comedor y sin pensarlo me senté junto a él. De inmediato note, que traiga puesto un short color blanco con rayas verdes, de equipo de un equipo de futbol. Y traía puesto unos tenis, con los calcetines de anoche. Esto, me emociono pues le había regalado una parte de mí. Sentado junto a él, podía escuchar su masticación crujiente, y su respiración al hacerlo. Podía percibir su aroma y esencia. Podía mirar de reojo sus penetrantes ojos, que miraban fijo a mi madre que estaba justo en su rango de visión. Podía apreciar sus espesas cejas que parecían güeras por la luz que entraba por el cancel. Estaba hipnotizado. De pronto, se levanto de la silla, con el tazón vacío en la mano y entro en la cocina. Dejo este en el fregadero, y abrazando a mi madre por la espada, le beso el cuello. Ambos parecieron dar un pequeño baile de lado a lado, para luego soltarla y regresar de nuevo al comedor. De inmediato note que su pene estaba semi erecto. Esto, me hipnotizo y no pude despegar mi mirada de su miembro, que parecía erectarse más. O quizá, solo había sido una ilusión mía. Pero, esto me causo una nueva erección en mi cuerpo. Mi verga esta super parada, palpitaba y dolía expandiéndose con fuerza. Rápidamente, introduje mi mano hábilmente para adoptar la pose de guillotina y no se notará mi erección. Aquel hombre se había sentado en el sofá para ver el futbol. Escuchaba las voces del comentarista y el sonido de las trompetas de los fanáticos. Cuando de pronto su voz, destaco del resto.
    
    —¿Ivan, a ti te gusta el fut?
    
    —¿He?… —Dije instintivamente sin voltear para que no notara mi erección.
    
    —¿Qué si a ti te gusta el futbol? —Volvió a preguntar un poco más fuerte.
    
    De inmediato mire en su rostro aquella sonrisa curiosa y amable que me invitaba a pasar el rato con él. Miraba el brillo de sus ojos, y el masticar pícaro de su boca al pasar entre sus dientes un chicle. Me quede paralizado, no sabia que hacer. —¿Ivan?, estas bien?—. Escuche hueca y lejana su voz. Mire la silueta borrosa de mi madre asomarse por la puerta de la cocina. Y de pronto todo volvió para volverse nítido. Gire mi cabeza y el parecía molesto, pues, su mandíbula se había elevado. Quizá, creyó que lo había ignorado.
    
    —Perdón, es que me sentí como un mareo.
    
    —¿Un mareo? ¿Estas bien? —Intento levantarse del sofá.
    
    —Si, no te preocupes a veces me pasa —Rápidamente, me senté en el brazo del sofá donde el estaba. Allí, estaba aquel delicioso olor, y sin saber porque no podía dejar de mirar su atractivo perfil. De pronto se estaba levantando del sofá cuando me pregunto si podía entrar a mi baño —Claro, puedes entrar estas en tu casa, je je—. Sin más, fue a mear. Y al volver me dio una leve palmada en mi hombro y me dio las gracias.
    
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    Los días transcurrieron monótonos y sin nada interesante. A veces salíamos de paseo, para recorrer la ciudad. Omar siempre abrazaba a mi madre. ...
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