Nueva cogida a la madre viuda de su amigo - Relatos Eróticos

Nueva cogida a la madre viuda de su amigo

... vagina. Apoyó una parte de su cuerpo encima de ella, y acercando su boca, comenzó a lamer y chupar los pechos y pezones de la mujer, de forma ardiente y alocada, haciendo suspirar a la aquella.

Sofía resistía las tremendas arremetidas que le propinaba el amigo de su hijo, viendo que nada podía hacer para impedir que la penetrara una y otra vez. En el fondo, pronto se rindió, aceptando el polvo que le estaba echando aquel chaval. Agitada, comenzó a colaborar abriéndose bien para que al joven pudiera alojar perfectamente su herramienta dentro de ella.

-Oh Richard me estas abriendo mucho … oh sigue … ooo

Richard, mientras ensartaba toda su barrena en el coño de la mujer, notaba el intenso calor que desprendía la mujer, especialmente su vagina. Parecía una caldera ardiente, lo que aumentaba mas su placer y excitación. Su pene, pese a su envergadura, entraba cada vez más fácilmente, y llegando al fondo de aquella cueva. Sentía el chapoteo de sus pelotas contra el trasero de la mujer en cada arremetida. ¡aquella penetración estaba siendo bastante profunda! Su gran corpulencia, y aprovechando aquella posición favorable sobre la mujer, logró que la copulación alcanzara niveles de auténtica efervescencia sexual.

Sofia sentía como la verga del joven estaba alcanzando su útero, ya que la notaba bastante profunda.Jamás su marido le había llegado tan adentro. Tampoco le había metido algo tan grande en su coño. La embestidas del joven, la llevaron a alcanzar el primer orgasmo, con gritos de placer y gemidos que no reprimió. En ese momento, sabiendo que estaban solos en el apartamento, gritó y gimió sin miedo, pese a poder ser oída en los apartamento contiguos.

Por su parte, el muchacho continuó machacando su vagina de forma constante, logrando que pronto volviera alcanzar un segundo orgasmo. Cuando terminó, Sofía estaba totalmente entregada.Estaba enamorada de la polla del muchacho. Se había reprimido durante bastante tiempo. Y, ahora estaba sola en al apartamento con el joven amigo de su hijo, y estaba decidida aprovechar la ocasión. Se olvidó por un momento de sus prejuicios. Por ello, decidió tomar más participación, y levantándose, se colocó encima del joven. Observó el sable del joven y sintió la necesidad de insertarse ella misma hasta el fondo aquel falo. Luego comenzó a cabalgar al joven, viendo como aquel acostado sobre su espalda, facilitaba que ella le montara, clavándose su cipote, y moviéndose a su entera libertad.

Con su marido jamás había logrado dos orgasmos en una sola sesión de sexo. En aquella ocasión estaba comprobando que ya había pasado el segundo y, veía que aquel joven le llevaría a más antes de que aquel el llegara a su clímax. Ya le dolía su vagina de los intensos embates del joven, pero aun así, logró alcanzar el tercer orgasmo. Se noto rendida, agotada.

Sin embargo, no se esperaba que el joven continuara con aquella vitalidad, pese a llevar más de veinte minutos de autentico sexo. Así, tras haber alcanzado sus ...