1. Al hijo de la mucama: ¿Te gusta lo que ves?


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... sin ningún disimulo.
    
    Por dentro estaba muerta de risa y regocijándome en mi maldad, pero al mismo tiempo comprendía completamente lo que debía estar sintiendo aquel pobre muchacho al ver a una mujer madura, sensual y en esa posición tan comprometedora.
    
    Podría parecer inocente y hasta simple, pero a esa edad no hay muchas oportunidades de mirar a una mujer en vivo y de tan cerca. Seguramente sería yo la primera mujer que miraba de esa manera en la vida real, quizá habría visto algunos videos explícitos, pero nunca a una de carne y hueso.
    
    Con esa idea, continué tocándome por encima de la ropa que aún vestía, al tiempo que me desabotonaba la blusa hasta dejarla completamente abierta, exponiendo ahora mi sujetador blanco trasparente. Aquella sería su oportunidad dorada, para verme mis pezones cafés por primera vez debajo de delgada tela de encajes, y yo sabía que no la desaprovecharía.
    
    Finalmente me quité la blusa, quedándome solo con mi ropa íntima: mi sostén, mis bragas, y mi cinturón de encajes sosteniendo mis pantimedias. El chico se asomó una vez más, pero esta vez ninguno de los dos pudimos disimularlo. Ni él pudo disimular que me espiaba, ni yo de verlo espiándome, por lo que irremediablemente nuestras miradas se cruzaron y no supimos cómo reaccionar.
    
    Él estaba a punto de salir huyendo, pero como yo no pude apartarle la mirada, no le quedó más opción que inventarse una excusa. -Venía a limpiar el cuarto, pero si gusta puedo regresar más tarde. -Me decía balbuceando de nerviosismo.
    
    -Descuida. Adelante, puedes pasar. -Le respondí con soberbia y apatía, mirando al chico entrar a mi habitación conmigo semidesnuda tumbada en la cama. De inmediato su mirada se fundía en mis senos expuestos debajo de la tela trasparente, recorriendo mis piernas forradas en las pantimedias negras de encajes, y claro, intentando mirar mis sensuales bragas entre mis muslos cerrados, al tener las piernas cruzadas por los tobillos.
    
    Él comenzó con su trabajo, y yo, continué con lo mío, acariciándome el cuerpo con delicadeza y extrema sensualidad. Mis manos recurrían mis femeninas curvas con una tortuosa lentitud, sin dejar de mirar mi celular, pero al mismo tiempo, sin perderle la pista al muchacho ni un segundo.
    
    Casi se me escapaba una malévola sonrisa en mi rostro cuando deslizaba uno de los tirantes de mi sostén y el chico casi se bambonea de la impresión. Me estaba divirtiendo en verdad, pero también lo estaba gozando como nunca.
    
    El pobre chico ya no sabía si mirarme o continuar limpiando la habitación, casi podía verle temblando de excitación. Se le miraba cómo su pene se enaltecía al inflarse por debajo de su pantalón de mezclilla, a punto de salírsele por su bolcillo derecho.
    
    Sin dejar de mirar mi celular, me abrí por completo de piernas, doblando mis rodillas frente a mí, y de inmediato sus ojos se fundieron en mi vagina como queriendo bajarme las bragas con la mirada. Me tentaba a espiarle, pero no quería cruzarme con su mirada una ...
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