Lorena: mi novio y mi familia (2) - Relatos Eróticos

Lorena: mi novio y mi familia (2)

... apagué el auto.

Quedamos de nuevo en silencio, sin lograr encontrar una sola palabra que decirle, sintiéndome traicionado, engañado, pero a la vez experimentando una extraña punzada en el estómago ante la idea de separarme de ella. No sabía qué hacer, me parecía indigno mantenerme a su lado, pero no podía concebir un mundo en el que no estuviéramos juntos.

Ella me miraba sin decir nada, sin moverse ni mostrar la más mínima intención de bajar del auto. Yo no quería hablar, pues creía que si lo hacía sacaría con ella toda la rabia que sentía junto con toda la humillación que estaba experimentando; pero sabiendo que las cosas podrían explotar de una forma horrible si no lograba controlarme, suspiré un par de veces para luego poder hablar con un poco mas de tranquilidad, al menos la suficiente como para terminar aquella infame velada de una forma aceptable.

- Tengo muchas cosas que pensar, nunca creí que…- comencé a decir, pero no fui capaz de continuar cuando repentinamente un nudo cerró mi garganta. Ella lo entendió y se dispuso a bajar, no me forzó para que la mirara ni tampoco intentó besar mis labios.

- Lo siento Mucho Mario, te amo y no quiero que te alejes, no quiero que nuestra relación termine de esta forma, no entiendo como podría vivir en un mundo en el que no estés a mi lado; pero te prometo que entenderé y respetaré tu decisión, en verdad lo lamento. Te amo.

Se bajó del auto sin decir nada más, lloraba ruidosamente, al igual que yo. Me quedé ahí sin saber qué hacer, sin quererme mover de ese lugar pues sentía que si lo hacía jamás regresaría a su lado.

Cuando al fin logré arrancar de nuevo el auto, mis pensamientos se convirtieron en un caótico tornado de emociones y sentimientos negativos, que expresaban el dolor que sentía al saber que mi chica me había engañado, el shock que experimentaba al saber que su familia mantenía relaciones de incesto y la angustia de pensar que podría separarme de Lorena, la única chica a quien en realidad había amado en toda mi vida.

Llegué a casa consumido por tan dolorosas e hirientes ideas. Mis padres estaban en la sala, esperando que regresara con Lorena, comprometido, feliz de estar con la mujer que amaba, pero cuando me vieron llegar solo supieron que todo había salido mal, aunque nunca se imaginarían la razón por lo que mis planes se habían visto arruinados.

Traté de inventar una historia que justificara el que las cosas no hubieran salido bien porque ni siquiera le había logrado proponer matrimonio, pues el ambiente no fue propicio para ello; pero ambos eran demasiado listos como para creerse una estupidez como esa.

Me sentí muy agradecido con ellos por no insistir más, a pesar de que sabían que les ocultaba la verdad. Subí a mi cuarto ensimismado por mis agobiantes pensamientos, tomé mi celular y me dejé caer sobre la cama.

No pude evitar el imaginarme las escenas que tenían lugar en la casa donde la había dejado minutos atrás, no pude evitar imaginar a mi chica ...