1. Lorena: mi novio y mi familia (2)


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    2. Mario
    
    Estaba sentado en el restaurante, esperando a que Lorena llegara. Me sentía muy nervioso y no era para menos, estaba a punto de proponerle matrimonio a la mujer que amaba, de saber si ella también quería unir su vida a mí, convertirnos en marido y mujer por el resto de nuestras vidas.
    
    Es verdad que no conocía a su familia, y de hecho ese fue un factor que me hizo pensar un par de veces de más en qué tan oportuno sería proponerle matrimonio sin conocer a su madre y sus hermanos, sin embargo, al final ese aspecto de nuestra relación quedó relegado ante el entusiasmo y las ganas que tenía por unir nuestras idas en matrimonio, después de todo ¿Que tan mala podría resultar su familia?
    
    Estando sentado en la mesa que había reservado, bebía una copa de vino cuando la vi caminando hacia la mesa, siguiendo a un mesero que la guiaba por el restaurante hasta el lugar donde me encontraba. Se veía hermosa, luciendo ese vestido negro que tanto me encantaba, que resaltaba las formas de su cuerpo y dejaba ver sus hermosas piernas.
    
    Me levanté para recibirla con una sonrisa nerviosa en los labios. La abracé y me dejé consentir por la sensación de su cuerpo junto al mío, el aroma de su perfume y el contacto de sus senos con mi pecho. Besé sus labios para luego sacar una silla y ofrecerle un lugar en la mesa a mi mujer.
    
    Me senté poco después y le hice una señal al mesero para que nos sirviera, no haría falta revisar la carta pues esa sería una velada especial, una donde todo estaba planeado, o al menos eso era lo que yo creía.
    
    Comimos las delicias que nos sirvieron: una pasta con camarones que Lorena amaba, salmón ahumado acompañado de ensalada y como postre un gran helado de chocolate con menta. Terminamos de comer con una sonrisa en el rostro, pero en su mirada noté que había tanto nerviosismo como el que yo sentía en el temblor de mis manos.
    
    El momento había llegado, estaba listo para preguntáselo, estaba listo para escuchar su respuesta, a pesar del temblor de mis manos y el temor que me agobiaba ante la posibilidad de recibir una negativa de la mujer que amaba.
    
    Llevé mi mano al interior de mi saco. Ella abrió mucho los ojos en cuanto vio ese movimiento. Saqué la caja del anillo y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras lo abría y le pedía que fuera mi esposa. Ella se levantó y yo hice lo mismo, me abrazó del cuello y me dio un beso muy intenso. La gente a nuestro alrededor aplaudía y vitoreaba, pero era un hecho que no me había respondido, pues de su boca nunca salió una respuesta.
    
    Fingí estar complacido, pero sabía que algo estaba pasando, a pesar de nuestras sonrisas, de que nos tomamos de la mano al sentarnos y de haber brindado por nosotros.
    
    Pedí la cuenta pensando en que había algo que no había escuchado, tal vez una historia que desconocía, una explicación que esclareciera la ausencia de una respuesta directa.
    
    Salimos del lugar y nos dirigimos al auto. Sentía una punzada en el estómago, un dolor que me decía que ...
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