1. Carolina, mi hija. – Segunda Parte y final.


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Incesto Lesbianas Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... delgados, lo montó en su arnés de correas, hizo que la chicuela lo mamara un poco, Carolina se rio del aspecto del falo ficticio, pero lo chupó lo mejor que pudo, el sabor y la textura era diferente al de Jacky, ella y Emma habían chupado más de una vez la roja y puntiaguda polla de Jacky.
    
    Beatriz levantó en vilo a su sobrinita, untó un poco de lubricante en el falo de gel y abriendo las nalguitas de la niña, la fue bajando lentamente sobre la verga de gel. Carolina emitió un grito cuando el artilugio penetro su pequeño coño, rompiendo los restos de su rasgado himen, era su primer pene. La tía la tenía tomada de sus glúteos y la subía y la bajaba sobre la verga que poco a poco se fue adentrando en su apretada concha. La folló en esa posición de pie por unos cinco minutos, luego la recostó boca arriba en su cama.
    
    Se deshizo de las correas y aferró el dildo negro, se subió sobre el lecho montándose a horcajadas entre las piernecitas de mi hija, colocó la polla de goma en la convergencia de sus muslos, a la entrada de su coño y dijo a Carolina:
    
    —Carolina … quiero que mires lo que hace tía Beatriz … así sabrás cómo hare a follar tu coño … porque quieres que te folle, ¿verdad? …
    
    —¡A-há! …
    
    Respondió mi hija, pero no estaba muy segura de lo que quería. Le encantaba que le lamieran y besaran ahí abajo. Adoraba cuando le metían los dedos dentro de ella y le hacían sentir tantas cosas deliciosas. Pero ¿esa cosa negra de goma? ¿Tan grande? Bueno, si a la tía Beatriz le gustaba, entonces no debería ser nada de mal. Ella hacía cosas de grande. Y ahora que ella tenía seis años podía y quería actuar como una niña grande.
    
    Los ojos de Carolina se abrieron al máximo cuando vio esa enorme cosa deslizándose en el coño de su amada tía, ella se bajaba lentamente sobre ese gigantesco pene y gemía, luego se levantaba hasta casi hacerlo salir de su abusada panocha y se dejaba caer chillando y tirando de sus grandes tetas. Tía Beatriz estaba como en un trance y la nenita la miraba hipnotizada viendo esa polla enorme que a veces desaparecía casi por completo en su panocha para luego salir bañada y brillante con los fluidos de su tía. La enorme pija estaba empapada totalmente con sus copiosos jugos.
    
    Tía Beatriz jugaba con sus enormes tetas, tiraba sus pezones, los pellizcaba, los envolvía en sus brazos para luego alzar sus brazos al cielo y dejarlos caer como enormes melones, al tiempo que el grueso falo se enterraba en su conchita y ella gritaba, chillaba, maldecía, se reía a carcajadas y a ratos sollozaba gozando de la enorme verga que ensanchaba su coño sin descanso. Carolina comenzó a desear una polla gigante en su coño liliputiense. Si la tía Beatriz gozaba de esa manera debería ser una cosa deliciosa. La tía estaba con los ojos cerrados y su cuerpo comenzaba a estremecerse, Carolina pensó que estaba por correrse y se acercó a su tía para ver de cerca como el pene gigante penetraba su coño depilado. No pudo resistirse y estiró su manito hasta tocar ...
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