1. Carolina, mi hija. – Segunda Parte y final.


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Incesto Lesbianas Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... treinta y cinco años que no follaba de quien sabes cuanto tiempo, que ya no le importaba, no le hacía falta, no lo extrañaba. Hasta ahora.
    
    Probablemente quería una pija dura en cualquiera de los agujeros de su cuerpo. Imaginé a Magaly con un grueso consolador con correas, follando a mi hermanita, o masturbándola con el cepillo de dientes eléctrico, o tal vez con un grueso calabacín o pepino.
    
    Carolina estaba en brazos a su tía saltando a caballito, su piernecita rozaba involuntariamente la entrepierna de ella y esto no ayudaba a disminuir los cachondos pensamientos de Beatriz. Puso su brazo alrededor de la niña para mantenerla quieta y así disminuir la calentura de su coño, lo que la hacía tener pensamientos y fantasías cachondas. Fue entonces que mi hija la beso en la boca. No fue un beso rápido y casual, sino uno muy poco infantil, mi pequeña metió su lengua entre los labios de su tía.
    
    Los continuos saltitos de Carolina en su muslo habían causado que su falda se subiera lo suficiente como para sentir la humedad de su panocha. Una vez más Beatriz intento sujetar a la nena, pero todo era en vano. La pequeñita continuaba a moverse y restregar su rodilla en medio a las piernas de ella. No aguantó más y le dijo:
    
    —Para, cariño … detente, por favor … alguien puede vernos …
    
    —No me importa, tía … te amo …
    
    —¡Oh mi vida! … yo también te amo … pero no podemos jugar así … no está bien aquí …
    
    —¿Puedo hacerlo solo hasta que me corra, tía?
    
    ¡Correrse! ¿¿En que parte del mundo aprendería esa palabra una niña de solo seis años?? ¿¿Podría una niña de seis años correrse?? ¿¿Angelina se corría cuando jugaban en la niñez?? Ella tenía catorce años cuando su hermana tenía seis, trató desesperadamente de recordar si Angelina se corrió alguna vez jugando al caballito, solo ella podría haber enseñado a su hija tales perversiones.
    
    ¿Qué demonios estaba pasando aquí?, pensó Beatriz. Ella se negaba a retenerme a mi como culpable de que mi hija fuera ya adicta al sexo. ¿Y quien más podría ser? Entonces reparó en Magaly y ese pequeña zorra caliente de su hija de ocho años que parecía mucho más mayor de su poca edad. Probablemente su madre está detrás de todo esto. De pronto se sintió oprimida en medio a esa gente y le dijo a su sobrina:
    
    —Cariño … ¿Por qué no nos ponemos nuestros trajes de baño y nos refrescamos un poco en la piscina? …
    
    La chicuela estuvo de acuerdo y Beatriz se dirigió a mi dormitorio para cambiarse. Mientras se desnudaba, lamentó haber traído solo su conservador traje de baño de una pieza y no su sexy bikini con amarras de tiras para impresionar a la cachonda esposa del ministro. Aún así, le gusto lo que vio al espejo. El traje de baño dejaba muy bien en muestra sus largas piernas, con esa provocadora abertura que iniciaba en sus caderas, el escote bastante generoso realzaba sus exuberantes senos 36D, ordenó la franja de tela que cubría su coño depilado y se dio por satisfecha al ver sus redondas y firmes nalgas cubiertas a ...
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