1. Carolina, mi hija. – Segunda Parte y final.


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Incesto Lesbianas Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... interrogarla y sonsacarle lo que pasa en mi vida? …
    
    —No seas idiota … me importa un carajo lo que pasa en tu vida … pero ella es mi sobrina y me gustaría estar un tiempo con ella …
    
    —Magaly y yo teníamos planes con las chicas para este fin de semana …
    
    —¡No seas cabrona! … yo soy su tía y ellos no son nada … ¿o está pasando algo entre ustedes que yo no sé? …
    
    —¡No pasa nada! … y bueno … supongo que no estará de más si te la llevas por un fin de semana … pero ella tiene que estar en casa a tiempo par asistir al colegio el lunes …
    
    —¡Oh! … gracias, hermanita … y no te preocupes que la traeré a tiempo para la escuela … lamento haberte llamado “idiota” …
    
    —Bueno … otras veces me has llamado peor …
    
    —¡Oh!, sí … bueno … perdóname también por esas veces …
    
    Se volvió hacia mí y medio un apretado abrazo, pude sentir en mi piel su traje de baño mojado, le di un beso de hermana en sus labios y le dije:
    
    —Entonces … ¿me perdonas también por haber follado con tu ex? …
    
    —Estás perdonada, hermanita …
    
    Dijo estrechándome aún más y besando mis labios con un beso no tan de hermanas, acepté su lenga y devolví su apasionado beso, me sorprendió y confundió un poco:
    
    —Creo que te deberías quitar ese traje de baño mojado …
    
    —¿Y luego qué? … ¿Quieres qué follemos como cuando tenías la edad de tu hija? …
    
    —¿Quieres?
    
    —Tienes una casa llena de gente y una amiga que te está esperando … quizás la próxima vez …
    
    Mientras me dirigía a la puerta, Beatriz se quitó su traje de baño y pude vislumbrar sus hermosos y grandes senos, plenos y duros, pensé que la próxima vez no me iba a dejar pasar la oportunidad.
    
    Regresé al jardín casi una hora después, donde una impaciente Magaly me recibió mirándome interrogativamente:
    
    —¿Por qué te tomaste tanto tiempo? …
    
    Preguntó ella sospechosamente.
    
    —Por nada … sucede que Beatriz se va a llevar a Carolina por el fin de semana y tuve que preparar una valija con la ropa de mi hija …
    
    —¡Oh, vamos! … no nací ayer …
    
    Me dijo molesta, luego recogió la toalla, tomó de la mano a Emma y se fue a su casa. Muy luego todos los invitados también se fueron y mi hija junto a su tía, tomaron un taxi y se fueron a casa de ella, nos quedamos solos yo y Jacky.
    
    ***
    
    En su casa Beatriz organizó un lugar para Carolina en su cama, la acarició y beso mientras la desnudaba hasta que la niña respondió a sus caricias, lamió los pezones de su pecho liso y separó los muslos para estimular la diminuta panochita de ella, luego sacó de su armario el arnés con correas donde montar uno de sus dildos, los puso de mayor a menor sobre el edredón mientras Carolina la observaba atentamente. Había uno negro de más de treinta centímetros, grueso como el antebrazo de la niña. Uno rojo de gel, tan grueso como el negro, pero solo de unos veinte centímetros, después venían otros dos más pequeños y delgados, pero Beatriz estaba montando en su arnés un dildo de unos quince centímetros y grueso como su dedo pulgar, viendo la curiosidad con ...
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