1. Marcia se confió - Parte I y II


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Migran Kus K, Fuente: TodoRelatos

    ... viene comenzamos a besarnos. Tímidamente al principio y subiendo de intensidad hasta que se convirtió en un verdadero morreo con manoseos y gemidos incluidos. Me quitó la blusa primero dejándome con la prilli que me hacía resaltar los pechos.
    
    Seguimos con el cachondeo, besos caricias y me despojó del jean quedando yo con las piernas al aire y el torso ceñido por la musculosa, todo mi culo estaba también a la vista. Ahí recordé que mi ropa interior no es muy sexy, más bien es amplia y recatada, como de vieja, me decía mi amiga. Sin embargo en un momento que quedé arrodillada sobre el sofá, pude ver mi cola en un espejo y con tanto trajinar y baile, la mayor parte se había metido entre mis generosos cachetes dándome un aspecto muy hot, hube de reconocer.
    
    Él también se sacó la chomba y los jean quedando en slip bastante ajustado que marcaba un gran bulto. Se lo toqué por sobre la prenda y me sorprendí por lo osada, estaba perdiendo toda la timidez y el recato.
    
    Me sacó la musculosa y corpiño con lo que mis grandes senos perdieron algo de sustento y era tanta mi excitación que los pezones se veían enormes y erguidos y lo apuntaron a la cara amenazando pincharle un ojo. Se llevó uno a la boca y lamió y succionó mi rosado pezón hasta que quedó de color morado, mientras pinzaba el otro y amasaba la teta con pasión.
    
    Sentí como se me humedecía el cuero cabelludo y la espalda, me acaloré tanto que seguro mis mejillas y orejas estaban al rojo. Los pezones se volvieron hipersensibles y me transmitían todo tipo de señales placenteras al cerebro embotado de alcohol.
    
    Mientras me chupaba y amasaba las tetas yo gemía quedamente abrazada a su cabeza en un éxtasis que de prolongarse mucho iba a culminar con mi primer orgasmo. Era así de grande mi necesidad de macho.
    
    Pero se detuvo de mamarme los pechos para quitarme las bragas. A pesar de mi estado flotante no pude menos que avergonzarme muchísimo al recordar que hacía años no cuidaba la estética de mi sexo. Total, ¿para qué? Me decía a mi misma cuando me bañaba y solo rasuraba los bordes dejando una tupida mata de enrulados vellos rubios. Recordar eso cuando mi amante me desnudó por completo me cohibió un poco, pero él no hizo comentario alguno ni demostró que le molestara, más bien me atacó la vagina con toda la palma de la mano y me frotó e incluso penetró con sus dedos a los que se adhirió parte de mis flujos que hacía rato estaban descontrolados.
    
    Estaba tan lubricada y temblaba tanto que debe haber supuesto que no aguantaba más sin algo en mi interior porque se detuvo y se desnudó completo. Ante mis ojos apareció su pene, grande, por lo menos más grande que el de mi marido, el único que conocía hasta ese día. No soy buena calculando pero mediría alrededor de 20 centímetros, durísimo y curvado ligeramente hacia un lado, con el glande descapuchado rojo bermellón y surcado por azules venas que parecían cuerdas.
    
    Sentí un deseo irrefrenable de tocarlo, y él me lo ofrecía ahí, de pie frente a ...
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