1. Marcia se confió - Parte I y II


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Migran Kus K, Fuente: TodoRelatos

    ... cuando ya comprendí que estaba borracha, nuevamente Andrea me habló:
    
    -Mi pareja tiene que marcharse y me preguntó si lo podía llevar a su casa. Espérame aquí que vuelva y nos vamos, no tardo mucho, además te dejo en buena compañía… jijiji…
    
    Solo por no ser aguafiestas le contesté que sí y se marcharon, seguramente quería estar un rato a solas con el hombre.
    
    Permanecí entonces en el local acompañada de mi bailarín que continuó bebiendo y haciéndome beber tragos exóticos que no conocía. Bailamos otro poco de a ratos y hasta una selección de lentos donde comprobé como se abrazaba a mi cintura de forma posesiva, pero se sentía tan rico y caliente que lo dejé tocar un poco más allá de lo aconsejable para una mujer casada.
    
    El tiempo pasó y mi amiga no volvía, me sentía un poco intranquila, quizá ya sería hora de volver a casa, pero mi acompañante era tan galante y gentil que nublaba mis sentidos. Hacía tanto que un hombre no me elogiaba…
    
    Cuando ya la espera se me hizo insostenible, le dije a Marcelo que debía irme. El también pensaba que estaban tardando demasiado así que me propuso alcanzarme a donde iba. Me resistí sin poca convicción, puesto que tomar un taxi a esa hora no era fácil. Tras dejarlo insistir un poco acepté.
    
    Subimos a su auto y a las pocas cuadras recibió una llamada en el móvil. Fue una conversación escasa, cortó y me informó que era Alberto, el que se había ido con mi amiga, y que en 30 o 40 minutos irían los dos a su casa y allí Andrea me iba a recoger para irnos.
    
    -Si te parece bien vamos hasta casa y los esperamos tomando unos últimos tragos… me agradaría charlar un rato más contigo además de la compañía de tan bella mujer.
    
    Dudando terriblemente, sopesé las posibilidades… era solo media hora y también quería seguir charlando con tan gentil caballero. Y no puedo negar que entre mis piernas la humedad continuaba. Así que le dije que sí y fuimos a su casa.
    
    En el camino, que no era muy largo, aunque no tenía ni idea donde era, pues el mareo etílico me abstraía, él continuó halagándome, sobretodo mis ojos, lo que me hacía ruborizar.
    
    Llegamos a su casa, entramos y nos acomodamos en un salón muy acogedor, mientras el preparaba un par de tragos me pidió que pusiera la música que quisiera escuchar, cosa que hice aunque no se que puse pues todo mi ser parecía flotar en una nube.
    
    Se sentó a mi lado y bebimos y charlamos. Poco a poco la conversación fue derivando al tema sexual. El alcohol me soltaba la lengua y quizá le conté cosas que no debería, pero él se mostró siempre muy suave, seductor, tierno y cuando quise darme cuenta tenía un brazo sobre mis hombros y con la mano del otro me acariciaba una pierna.
    
    A pesar de estar bastante bebida, no perdía la noción de las cosas. Sabía que estaba mal lo que hacía, pero no me resistí, al menos no mucho, una tenue protesta formal de esas:
    
    -No, no podemos, soy casada…
    
    Con tan poco convencimiento que no afectó en lo más mínimo sus actos. Caricia va, caricia ...
«1...345...19»