1. Marcia se confió - Parte I y II


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Migran Kus K, Fuente: TodoRelatos

    ... seguía corriéndome, o que tenía otro orgasmo, de sensaciones distintas, como ya dije, nunca había hecho nada de sexo anal, todo era nuevo e intrigante, me volví a sentir una jovencita inexperta.
    
    El que me acariciaba el pelo se sentó donde yo apoyaba mi cara, con las piernas abierta levantó mi cabeza y la depositó sobre su muslo. A 5 centímetros tenía su pene erecto y oh! Maldito alcohol y maldita abstinencia… me encantó tenerlo allí.
    
    La puta encerrada tantos años comenzó a escaparse. Abrí la boca y él entendió perfectamente y colocó su pito en ella. Lo comencé a acariciar con la lengua mientras le hacía pequeñas succiones.
    
    El que me chupaba mi agujerito trasero se retiró y creo que él mismo fue el que me penetró por la vagina. Esta se mostraba abierta y dispuesta estando mi culo elevado por la almohada y cuando sentí que enfundaba toda su herramienta en mí, exclamé después de sacar la pija del otro de la boca:
    
    -Ahhhhhhhhhhhyyyyyyyyyy…. Siiiiiiiiiiii!!!!!!!! Y después: -Ah ah ah ah! Con cada bombazo que me daba.
    
    Mi cadera empezó a llevarle la contraria al que me embestía mientras con la boca busqué alojar nuevamente el pene que había soltado. Alguien me desató las manos, lo cual agradecí, ya que con una mano me ayude a hacer una excelente mamada. En la otra mano me colocaron otro pene, al que jalé inmediatamente.
    
    De ahí en más se descontroló todo, la lujuria nos invadió a los seis. Chupé y me chuparon, toqué penes y los pajee, me penetraron por la vagina en diversas posiciones, me pegaban cachetazos en las tetas y en las nalgas. Continuamente tenía un pene en la vagina, otro en la boca y uno en cada mano. Fuera yo arriba o abajo siempre ocupaban casi toda de mí.
    
    Perdí la cuenta de los orgasmos que tuve, y cada uno de ellos eyaculó en alguna parte de mi cuerpo. Fui rociada de semen en pechos, cara, nalgas y por supuesto dentro de mí. Me excitó sobremanera que me abofetearan las mejillas con un pene. Nunca hubiese creído que eso me calentaría tanto. Ni hablar de las nalgadas, son una de las cosas más ricas y las disfruté mucho, debía tener los cachetes coloradísimos de los azotes que recibí.
    
    Bastante rato duró la vorágine sexual, sin que me preocupara en lo más mínimo por nada, solo quería gozar, recuperar los años perdidos.
    
    Pero todo termina al fin, pensé yo cuando ya habían acabado todos y yo me encontraba espatarrada aún agitada luego de mi último orgasmo. Cuán equivocada estaba.
    
    En unos minutos los tenía a todos encima de mí de nuevo, algunos ya presentaban una nueva erección, otros a medias, no sé si habían ingerido algo, no lo vi, o solo eran de recuperación rápida, solo sé que me rodearon los cinco fibrosos hombres acariciando mis cansadas carnes.
    
    Me sentía demolida, cansada en extremo, simplemente agotada, pero estos tipos sabían cómo avivar el fuego, sabían cómo hacer que una mujer se excite. Suaves caricias por todos lados, besos tiernos y palabras bien empleadas y mi lívido se despertó.
    
    Yo también los ...
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