1. Corrompiendo a mamá Libro II -- Cap. 8


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... Háganlo. Sólo háganlo y ya. Los quiero ver. No saben el morbazo que siento al contemplar a dos consanguíneos reales… que follan, que se aman… que se desean. Es lo más enfermo y sucio que he podido presenciar, y por eso quiero verlos… Tienes que saber, Sugeyita, que esto me da incluso más morbo que hacer cornudo a tu marido.
    
    —¡Estás enfermo Nacho…! —le reclama mamá, enfadada—. ¡Estás loco y enfermo!
    
    Y yo no entiendo por qué ella está tan enfadada si ella misma me dijo que esto iba a pasar. ¿O es que de verdad Nacho tiene razón, y ella habría preferido fornicar con él antes que conmigo? Eso sí que sería muy turbio y traicionero.
    
    —¿Enfermo yo, mamacita? —se ríe Nacho—. No soy yo quien disfruta como puta dándole las nalgas a su hijo.
    
    Mamá respinga, y yo quiero sentirme ofendido, pero al mismo tiempo me reconforta saber que alguien fuera de mi entorno (Lucy y Elvira) ahora conoce nuestro secreto, y que ha hecho toda esta pantomima para librarnos de mi padre, y ahora lo único que pide como agradecimiento es vernos follar.
    
    —Si quieres que yo te folle, Sugey, entonces haz lo que te digo. Te enterraré mi verga en tu hermoso agujerito, pero antes… como quedamos, quiero verlos a ambos.
    
    Y aquí sí que me horrorizan las palabras de Nacho. Y me siento ofendido. El cabrón pareciera creer que mamá quiere ser cogida por él, cuando la realidad es que ella… sólo vive para mí, ¿o no? Y me da rabia que Sugey no diga nada. Que no rechace lo que le dice su ex amante. Ella simplemente se queda callada, bebiendo otra copa de vino, y a mí me empieza a cosquillear el pecho, confundido.
    
    Entonces, mientras doy un trago más al vino… Nacho le dice a mamá:
    
    —Sugey, acaricia los labios de tu hijo.
    
    —¿Qué? —se sobresalta ella, aunque no entiendo el motivo.
    
    Nacho le repite la solicitud, añadiendo:
    
    —Moja tu lengua con tu saliva y luego sácala de tu boca… y con la punta de tu lengua quiero que acaricies los labios de tu hijo. Y tú, Tito, no los abras, sólo deja que tu mami te los frote con su lúbrica lengua y déjate querer. Vamos… quiero verlo, ahora.
    
    Mamá y yo nos miramos fijamente. Entiendo que ella no deja de beber y Nacho de rellenar su copa, porque sólo a través de la embriaguez podrá desinhibirse y obrar según su voluntad.
    
    —Tranquila —gesticulo con mi boca sin llegar a pronunciar las palabras ni siquiera en susurro.
    
    Giramos nuestros torsos un poco de manera que quedamos de frente, sin dificultad. Mamá sube un poco su pierna izquierda al sofá, y la abertura de su pierna se prolonga y se desnuda mucho más. Sugey está resollando bastante. Yo cojo sus dedos con ambas manos y nos entrelazamos. Es como si quisiera infundirle toda la confianza del mundo. Entonces ella vuelve a suspirar. Veo sus labios carnosos entreabrirse, pintados como el color del vino.
    
    Los abre un poco más y llego a ver la punta de su lengua serpenteando entre sus blanquísimos dientes. Su lengua es húmeda, y casi puedo recordar la sensación que es tenerla en mi boca. ...
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