Corrompiendo a mamá Libro II -- Cap. 8 - Relatos Eróticos

Corrompiendo a mamá Libro II -- Cap. 8

... más hermosa que haya visto jamás, y con este atuendo, con ese peinado, con ese maquillaje, ufff, es imposible pasarla desapercibida.

—Pero mi encantadora y sensual Sugey —dice Nacho desde la puerta—, ¿por qué nunca me dijiste sobre quién era tu amante en realidad? Joder, mujer obscena, ¡fornicándote a tu propio hijo! Y tú, pequeño potrillo, ¿de veras creíste que me tragaría ese puto cuento de que eras gay? Claro que lo pareces, por tu carita tan fina y tan tierna como nalguita de bebé—Se ríe mientras yo trato de contener la respiración—. Aun así… desde el principio en que noté cómo la cuidabas… cómo la mirabas, me pareció todo muy raro, ¡joder!, ¿es que cómo no lo advertí desde el principio si era algo tan evidente?

Retrocedo un poco para agarrar a mi madre de la mano. Nacho nos mira cuidadosamente y el morbo con el que lo hace parece superar sus expectativas. Ver en vivo y en directo a una madre y a su hijo que en la intimidad mantienen relaciones sexuales parece tenerlo endiosado, incluso feliz.

—Cuando me pegaste en los huevos, Tito —me dice Nacho recordarme ese momento tan placentero para mí—, en lo único que pensé cuando aminoró mi dolor fue en ir a buscarte para cortarte el poco pito que tienes. Vi por dónde te ibas, y entonces te seguí. La ventana de esa cabaña estaba abierta y… ufff… qué delicia de escena miré. Sólo por eso, pequeño pendejito, sólo por eso no te ejecuté. Es que el morbo que ambos me provocaron superó cualquier fantasía que hubiera podido desear en mi vida. Confieso que permanecí asombrado, frío y tieso como una piedra. No lo podía creer.

Sugey traga saliva. Yo la sujeto del brazo con fuerza. La hago mía. Me apropio de ella. Intento protegerla. Y Nacho continúa:

—Entendí entonces que Lorenzo, el pobre cornudo, era un impedimento para que ustedes pudieran continuar con su relación. Y por eso los libré de él. Por eso le revelé que era tu amante, Sugey. Por eso me quedé callado ante él respecto a la relación que llevan ambos. Y lo único que yo esperaría… es ser retribuido.

—¿Agradecerte, dices, por haber provocado que mi padre nos dejara y nos quitara todo? —le pregunto con desdén.

—Agradecerme por el hecho de haberles quitado de encima a un tipo que jamás habría aprobado esta relación, Tito —me contesta Nacho ahora con seriedad—. ¿De veras piensas que Lorenzo habría legitimado esta relación de amor filial? A ver, Tito, ¿me vas a negar que desde que Lorenzo no está, tú ya puedes follarte a tu madre cada vez que se te antoja, sin el miedo de que ese cabrón los sorprenda?

—Sí, bueno… en eso tienes razón, Nacho, pero de todos modos no tenías derecho de haber intervenido. Por tu culpa nuestra familia ha quedado en ruinas.

—A ver, muchacho —me dice Nacho casi como si fuera un amigo de verdad—, ¿de veras piensas que Lorenzo era parte de tu familia? Ustedes nunca fueron una familia de verdad. Tu familia estaba en ruinas desde antes. Ahora tu familia es tu hermana y Sugey; ésta última ahora hace las veces ...