1. Amor de madre Vl


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    ... la montaba era un hombre diestro y con temple, y un rabo curvo, nervudo y duro como una barra de hierro. Así que, de pronto la joven se encabritó, y todo su cuerpo se crispó con los espasmos del orgasmo. Su garganta, reseca de tanto jadear, emitió una especie de estertor gutural. David la tubo que sujetar y sostener, pues no parecía dueña de sí, pero a cambio, Elia obsequió a su miembro con un sin fin de contracciones vaginales rítmicas y violentas.
    
    Entonces ocurrió algo inesperado. La chica apartó la mano de David y, comenzó a alargar deliberadamente su clímax, prorrogando sus temblores, sus jadeos y sus espasmos con una temeraria conducta que terminó por dejarla, un minuto después, completamente derrengada encima de la cama.
    
    David, que había asistido con pasmo a aquel suicidio por sobredosis de placer, se quedó contemplándola con preocupación. Certificó que, aunque no se movía, la chica respiraba profundamente y con calma. Evidentemente, él seguía teniendo una erección descomunal, pero no había nada que hacer, Elia estaba extenuada.
    
    Se la veía tan feliz que David no quiso molestarla. Prefirió dejarla disfrutar durante un rato de los rescoldos de aquel insólito orgasmo, pero de todos modos se deshizo del condón y comenzó a masturbarse. Llegado el momento se recostó junto a ella y, aunque lo hizo lo más cuidadosamente que fue capaz, Elia abrió los ojos y al ver el miembro de David a escasos centímetros de su rostro, abrió instintivamente la boca.
    
    A semejanza de una cría recién nacida, la muchacha comenzó a mamar en cuanto sus labios se fruncieron entorno a la verga del hombre que tanto le había proporcionado. Succionó con fuerza, a sabiendas de que aquel pollón la proveería del sustento que tanto ansiaba saborear, la pócima mágica que le ayudaría a reponerse, el elixir de la vida, la ofrenda cortés de un caballero a la joven yegua a la que había hecho galopar hasta desfallecer.
    
    Fue la succión de Elia lo que terminó de hacer insoportable la tensión, detonando la explosión. Un violento chorro de esperma salpicó el paladar de la chica y se deslizó veloz por su garganta, y aquel fue sólo el comienzo. Elia fue abriendo los ojos más y más, a medida que tragaba cada ardiente borbotón. Como solía decirle su madre: “es de bien nacida ser agradecida”, y Elia le agradeció aquel polvazo a David mamándole la polla aún después de que éste hubiera acabado de eyacular.
    
    — ¡Menuda corrida! —le espetó fingiendo enojo— ¡Deberías venir más a menudo!
    
    Luego la chica dejó de mirarle a los ojos, ya que se había percatado de que su miembro viril se resistía a perder la verticalidad. Sonriente y divertida, con los ojos chispeantes y cierto aire travieso, le besó en el glande. Instantáneamente, la verga de David dio un respingo. Lo cual la animó a reincidir.
    
    — Túmbate —le indicó, al cabo— A éste invita la casa.
    
    CONTINUARÁ
    
    Referencias:
    
    — “Las leyes de la frontera”, de Javier Cercas.
    
    — “Pan de limón con semillas de amapola”, de Cristina ...