1. Mi ex, su novia y yo. 3


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Wilmorgan, Fuente: TodoRelatos

    ... sin que me “descubriese” Nadia. Y como ya parecía costumbre, estaba completamente desnuda.
    
    La única salida era saltar por encima de las butacas hasta mi fila y de allí volver agachada a mi sitio. Por suerte no había nadie allí. Éramos los últimos, a excepción de mis dos mirones. Aproveché cuando mi ex le comía los morros a su novia para saltar mi pierna por encima del respaldo y cruzar a la fila superior. Repetí lo mismo dos veces, tratando de alejarme de ellos para poder cruzar el pasillo de las escaleras. Quién me iba a decir que acabaría frotando mi coño por los respaldos de aquel cine…
    
    Gateando llegué a las escaleras, justo en una fila por delante de mí asiento. Allí estaban los dos, mirándome con una sonrisa. Miré a mi sitio y no estaban mis cosas. Uno de ellos me enseñó mi tanga colgando de sus dedos. Me hicieron un gesto para que fuese. ¿Qué podía hacer? No podía ponerme a discutir con ellos desnuda en medio del cine.
    
    Cruce a cuatro patas y fui hasta allí. Tuve que pasar rozándome con sus piernas. Uno se movió un asiento dejando libre un hueco entre los dos. Querían que me sentase, pero yo me quedé en el suelo, arrodillada tratando de taparme cómo podía.
    
    - Siéntate tonta.
    
    - Déjala, si quiere ponerse de rodillas es que se ha quedado con hambre.
    
    - ¡Eso! ¿No nos vas a contar porque te vas a comerle la polla a ese? ¿Te gustan más los casados o qué? Aquí tienes dos por si tienes hambre.
    
    Ambos chicos comenzaron a bajarse los pantalones. Quedarme de rodillas no era buena opción. Me senté tapándome con un brazo mis tetas y con la mano mi coño. ¡Tenía que salir de allí!
    
    - Dadme la ropa, no estoy para juegos.
    
    - ¿No? Pues yo te he visto muy juguetona toda la peli.
    
    - O me dais la ropa o empiezo a gritar.
    
    - Si… puedes hacer eso. Pero entonces nosotros tendremos que preguntarle a la novia de ese tío lo que le parece que tú le comas la polla cuando ella va al baño.
    
    ¡Hijos de puta! El chantaje era efectivo, aunque Nadia estuviera al tanto. No podía descubrirme ante Rober, todo el plan se iría a la mierda.
    
    - ¿Qué queréis?
    
    - Lo mismo que le has hecho al casado ese.
    
    - No está casado. Y ni de coña os la voy a chupar. Os hago una paja y a correr. – les dije.
    
    - Esta bien. Pero te dejas tocar. Yo quiero probar ese cuerpazo. – dijo el otro.
    
    - Primero darme el bolso, necesito el móvil.
    
    Me lo dieron sin dudar. Tenía un mensaje de Roberto riéndose de cómo había saltado las butacas. Lo obvié, tenía cosas más importantes. Le dije que ellos tenían mi ropa y me estaban chantajeando. Esperaba que de alguna manera se librase de Nadia y viniera a salvarme. Pero nuevamente, me sorprendió.
    
    - Haz lo que quieren. Pero solo tocar. No pueden penetrarte con nada. Tus agujeros son míos. Y no puedes correrte. Eres mía, solo mía. Y date prisa, Nadia quiere ir a casa ya.
    
    Me encontraba confusa. Por un lado, decepcionada porque le diera igual que pajease a dos tíos y me tocasen desnuda. Pero por otro… había dicho que era suya… ...
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