1. El poder despoja a quien no lo tiene.


    Fecha: 04/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desnuda! A menos que tengas deseos de aparecer en el noticiero de las 10 de la noche recibiendo sobornos. ¡La elección es tuya!” –Le respondí.
    
    “Si así van a ser las cosas. Está bien, ¡Seré tu perra desnuda! ” –Dijo ella con resignación.
    
    Acaricié con ternura sus enrojecidas nalgas y la besé dulcemente, después de todo. Siempre me sentí atraído por ella.
    
    “Ahora debes pararte frente a ese muro, y vamos a usar este juguete que hallé en tu escritorio. Tengo hambre e iré a buscar un refrigerio. No quiero que escapes en mi ausencia.” –Le dije.
    
    Ella obedeció dócilmente, mientras esposaba sus manos a la espalda, le susurraba al oído cuan interesantes me resultaban los juguetes que ella guardaba en sus cajones, luego le di una ligera palmada en cada nalga. Enseguida tomé toda su ropa y su bolso de mano, entonces me dirigí a buscar una hamburguesa.
    
    "No hace falta que te vayas y me dejes aquí sola, ansiosa y... ¡sin mi ropa! Ahora que hemos resuelto las cosas entre nosotros. Puedo ver en tus ojos lo mucho que te gustaría conocer mi lado amable, ¡Me encantaría cocinar para ti! Y cuando termines, si te apetece. Puedo ser muy creativa para mostrarte mi gratitud por ser un chico tan discreto. ¡Piénsalo!" –Dijo ella en un tono seductoramente convincente al señalar de forma pícara con su mirada, mi palpitante entrepierna.
    
    No pude evitar sonreír al ver cuán dócil se había tornado su forma de dirigirse a mí. Me produjo cierta ternura su mirada suplicante, y la forma en que su rostro me expresó que estaba hablando en serio. Me acerqué a ella y le quité las esposas, sentí su mano acariciando mi brazo.
    
    “Después de haber establecido que soy tu perra, es justo si ahora deseas penetrarme. ¡Tú también necesitas de un alivio!” –Dijo ella.
    
    Me quedé en silencio por un instante, el momento que había estado esperando finalmente llegó. Quería seguir jugando al difícil, pero por otro lado me sentía temeroso de mostrarme sensible con ella. Después de todo, fue su propia lujuria lo que me había puesto al mando de todo.
    
    “No soy ninguna tonta a la que puedes engañar. ¡Es obvio que me deseas! Además, tengo experiencia para saciar tus caprichos. Pero por favor, se gentil conmigo. Una cosa es que me des nalgadas como una forma de preludio. Pero te advierto que soy una chica con gustos a la antigua. Me gustan mucho los besos y las caricias cuando un hombre me hace suya. ¡Hazme sentir especial! Y te convertiré en un dios de la cama.” –Dijo ella en forma seductora.
    
    Finalmente me descubrió, no le iba a permitir manipularme a estas alturas. Por lo que recurrí a una sutil evasiva para ganar tiempo, era lógico que deseaba poseerla, pero bajo mis propios términos.
    
    “Es cierto, me siento un poco ansioso. Por ahora postergaremos la gratificación, en verdad quisiera comer algo antes que otra cosa.”–Le respondí.
    
    “Puedo cocinar algo para ti, mientras piensas en algo que te gustaría hacerme.” –Dijo ella.
    
    De buen agrado, acepté su propuesta. Tomé todas sus cosas y ...