1. Merche y sus guarradas en el psicólogo


    Fecha: 04/05/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Cerditoescritor, Fuente: TodoRelatos

    ... deseando comerle la polla. La otra chica, la psicóloga. Guapa hembra dueña de un cuerpazo. La conoció a través de su novio, interesado en alquilar un local. De ella tenía la impresión de ser una mojigata, pero que encerraba una buena hembra caliente que estaba falta de polla por culpa de un novio que no le daba lo suyo.
    
    -Bueno Merche, me voy. Mañana te llamo y te doy hora para la semana que viene y empezamos. Perdona por no tener más tiempo pero quedé con Don Andrés para conocer un local para trasladarme allí.
    
    -Puede acompañarnos si lo desea. Está aquí cerca – dijo el viejo.
    
    -Bueno, la opinión de una paciente siempre es interesante tenerla en cuenta, no Merche? ¿Nos acompañas? - dijo Alba sonriendo.
    
    Merche, que ya lo que buscaba era terminar a solas con aquel viejo cachondo se apuntó de inmediato a la visita.
    
    Ciertamente el local era enorme. Ya la entrada era un salón de bastantes metros. Alba Marina ya se imaginaba allí la sala de espera llena de pacientes. Hasta cuatro habitaciones más a modo de despachos completaban el local. Una de ellas con baño. Cuando entraron en esta a las chicas les llamó la atención la presencia de una pequeña nevera funcionando y un catre, ya que era tan pequeño que no se le podía llamar cama.
    
    -Yo es que aprovecho para traer algún ligue de vez en cuando. No es plan de llevarlas a mi casa con mi esposa allí – dijo riendo Andrés.
    
    Las chicas sonrieron igualmente. Algo ruborizada Alba. Totalmente lujuriosa Merche.
    
    La rubia no se pudo reprimir y se sentó en el camastro.
    
    -Pues se tiene que follar aquí bien, está blandito – dijo descojonada de risa.
    
    Los tres rieron pero el viejo con un gesto de acomodarse la polla bajo las bermudas porque empezaba a ponerse morcillona.
    
    -Que calor, no? – dijo Alba con la intención de romper un poco el ambiente que se estaba creando. Pero con las ganas de guarrear que tenían los otros dos, creó todo lo contrario. Ambos le dijeron que se sentara y se quitara la chaqueta. Evidentemente, Merche y Andrés habían comprendido que a la joven psicóloga tenían que llevarla a su terreno.
    
    -Aquí a mi lado, bonita. Ponte cómoda – le dijo la rubia mientras aprovechaba para acariciar cuello y cara de Alba.
    
    La chica ya empezaba a rendirse a los encantos de Merche que sabía cómo calentar a una hembra. El viejo de pie, delante de las dos se limitaba a sonreír y a muy lentamente comenzar a quitarse las bermudas.
    
    Ya llevaba unos minutos la rubia comiendo el cuello y la oreja de Alba mientras ésta, con los ojos cerrados, la cabeza caída hacia atrás y su camisa totalmente bajada gemía de gusto en un tono muy alto.
    
    El viejo terminó de quitarse la camisa y quedó con unos bóxer de tono azul oscuro. Dentro, una gran polla se marcaba y empezaba a dejar una marca de babas que comenzaba a traspasar la tela.
    
    -Mira que rico – dijo Merche para que la joven abriera los ojos.
    
    Cuando Alba abrió los ojos, la visión fue de impacto. La barriga peluda y gorda de Don Andrés. Y más ...
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