La Doncella (IX): El Infierno - Relatos Eróticos

La Doncella (IX): El Infierno

... mientras emite un grito incomprensible pidiendo más rapidez.

¡¡¡ARRGGHHH!!! Es el grito del oficial al mando justo un momento después… Una veloz y certera flecha disparada desde lo alto ha entrado por el centro de su pecho y ha asomado su punta por la espalda. El hombre cae al suelo. muerto de inmediato. El resto de soldados se revuelven buscando al atacante, desenfundan sus espadas.

Varias flechas caen sobre ellos, varios caen al suelo. Varios hombres con escudos y lanzas aparecen en el camino delante y detrás del grupo. Corren hacia los soldados y ensartan sin miramientos a los que siguen vivos.

Buen tiro, Nisia.

Cuando a Sancho le dije mi nombre dijo que era demasiado largo. Se empeña en llamarme Nisia. En el tiempo que llevo en la guerrilla he aprendido a pelear con la daga y, sobre todo, a disparar con la ballesta. Derribar al capitán con el primer tiro era fundamental para el éxito del ataque.

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Ahora hago mi trabajo preferido. Los prisioneros hacen cola pacientemente. Los guerrilleros han cortado las tiras de cuero y les han dado agua pero aún hay que abrir los infames grillos en forma de ocho. El cierre es un tornillo, hay que abrirlos pacientemente con una herramienta fina. Eso hago yo… uno a uno. Me encanta ver la sonrisa de gratitud de las personas al sentirse libres.

Acabo de liberar a un viejito, para qué quieren esclavizar a gente de esta edad, seguramente se resistió y se lo llevaron para asustar al resto. La siguiente es una mujer, muy morena de piel y de pelo, muy delgada, muy deteriorada, vestida solamente con una sábana de tela enrollando su cuerpo y anudado sobre sus senos. Cuando la veo de cerca no puedo creerlo…

¡¡¡Simona!!!

Sí… La mujer que conocí en la cárcel de Torre Antigua. Delgada, demacrada, pero aún viva. Mientras la abrazo, todavía creo menos a mis ojos cuando veo al siguiente.

¡¡¡Kassar!!!

También lo abrazo. Está débil, delgado, pero también está vivo. Mientras los libero me cuentan la historia. Después de golpearlo en aquella posada, nunca volvió al barco. Los soldados al no encontrarme salieron corriendo y él huyó. Lamentablemente su origen norteafricano y sus ropas árabes jugaron en su contra. Tras sólo dos días de “libertad”, fue hecho preso sin motivo aparente. Terminó en el pozo negro de Torre Antigua. Cuando la cruel Ramona lo vio desnudo, decidió enviarlo al lado de las mujeres. Por los gestos entre ambos parece que han creado cierto vínculo.

¿Dominga? -se me ocurre preguntar.

Simona niega con la cabeza. Vale… murió. Recuerdo que me daba miedo, pero sólo era una víctima más. Me cuentan como la fortaleza de Torre Antigua fue tomada por los musulmanes en su primera acometida. Ahora, como todos los territorios al otro lado del río está bajo control cristiano. Me dan una noticia más: el bando crisitiano lo está dirigiendo un joven caballero, ahora mariscal del reino. Se trata de Alfonso de Tajuña… Sí, el hombre ...