1. La Doncella (IX): El Infierno


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... Montfort, inquisidor del distrito. Un distrito que abarca también la zona norte de vuestro reino. Vos sois Dionisia de Orgaz.
    
    Sí.. -Respondo tartamudeando, ¿Cómo sabe mi nombre? No se lo he dado a nadie desde que me encerraron en la cárcel de Torre Antigua.
    
    Veo sorpresa en vuestros ojos. Un inquisidor es un investigador de la verdad. Con la ayuda de Dios, sabemos todo…
    
    Nacisteis de una buena dama cristiana y de un gallardo caballero y conde. Lamentablemente, vuestra madre murió en el parto. Vos y vuestro padre os trasladasteis a la corte donde él ejerció labores de estado. Tal vez eso hizo que se descuidara vuestra educación. Vuestro padre murió en la guerra… Precisamente en guerra contra mi rey, pero eso no importa en este caso.
    
    Como fuera cometisteis un terrible delito: la fornicación. Os amancebasteis nada menos que con el príncipe heredero. Hicisteis tambalear un compromiso matrimonial con la princesa de nuestro reino. Amenazasteis la posibilidad de lograr una paz duradera. Por ese delito, la reina regente decidió justamente castigados. En un gesto de clemencia no ordenó que fuerais decapitada. Os envió a una prisión en su reino. ¿Qué recordáis del tiempo que estuvisteis encerrada en Torre Antigua?
    
    …
    
    ¿Qué recordáis? -Insiste gritando.
    
    Miedo, hambre, frío, miseria, abusos… -Son las palabras que me salen y creo que son acertadas.
    
    Esas condiciones son malas pero no es más que el purgatorio. Nuestras mazmorras son la antesala del infierno, muchacha… Ten claro que la cárcel será el menor de tus castigos. Con este historial no te podemos dejar libre…
    
    Sigo con tu historia. Te ofrecieron profesar en un convento, ser una mujer de Dios. Dijiste aceptar, pero huiste de la clausura, te hiciste la muerta para engañar a las venerables monjas. Una pareja de pecadores te entregaron a los infieles. Viviste más de un año como concubina de un príncipe sarraceno. ¿Es cierto todo?
    
    Sí, hasta ahora, sí…
    
    Bien, huiste de los infieles. Eso fue una buena acción. Lograste llegar a las tierras que fueron de tu padre. Una vez allí comenzaste a vivir de nuevo de forma abyecta, vendiendo tu cuerpo como una ramera. Fuiste justamente encarcelada en una torre.
    
    Todo esto es más que suficiente para encerrarte de por vida. Ten claro que lo haremos. De aquí volverás encadenada a la celda de la que acabas de venir.
    
    De lo que hagas ahora dependerá que te quedes allí hasta el fin de tus días o que te llevemos hasta el gran roble para purificarte con el fuego.
    
    Siento una sensación húmeda y cálida en la entrepierna y en los muslos. Miro hacia abajo y veo las gotas doradas caer. Sí, me acabo de orinar encima.
    
    El inquisidor hace una seña al verdugo. Él y sus ayudantes me sujetan con fuerza. Me colocan delante de la primera silla de interrogatorios, la que tiene pinchos redondeados. Me sueltan las manos, pero inmediatamente me sientan y me sujetan las muñecas a los brazos de la silla. Todo mi cuerpo comienza a sentir la presión de estos pinchos ...
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