1. La Doncella (IX): El Infierno


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... cordeles atados a modo de tirantes. La longitud de los cordeles hace que la mitad de los senos asomen sobre el borde. Además, este saco es más corto. Puedo ver mi vello púbico asomando por debajo.
    
    Me llevan hasta una pequeña mesa de piedra. El carcelero trae un par de brazaletes más pequeños unidos por sólo cinco eslabones. Ahora cada monje me sujeta firmemente un brazo. Me colocan un grillete en una muñeca y luego en la otra, repiten el proceso de soldadura ante mis ojos.
    
    Me llevan a la celda. Me cuesta caminar. Las cadenas no me permiten separar los pies más de veinte pulgadas. Las manos mucho menos, apenas diez. Ambos pares de grilletes pesan increíblemente.
    
    Me encierran desnuda y en total oscuridad.
    
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    No puedo dormir. Me agobia saber que ya no saldré de este convento. Lo mismo pensé en la cárcel pero ahora parece definitivo. O encerrada y encadenada bajo tierra o me matarán de forma horrible.
    
    ¿Qué? Chirría el cerrojo de la puerta. La mole de madera se abre. Entra un monje con una antorcha. La cuelga de la pared… Es el inquisidor jefe: Pierre de Montfort. Ahora no habla, ¡¡¡Se desnuda!!! Su pene está erecto, lo ayuda un poco con la mano para lograr una erección total. Se acerca a mí…
    
    Venga, de pie y desata los cordeles de los hombros.
    
    Me levanto como puedo en medio de los ruidos metálicos de las cadenas. Me cuesta desatar las cuerdas aunque los nudos no están apretados. El saco cae al suelo dejándome desnuda frente a él.
    
    Continúa tocándose, el tamaño es descomunal.
    
    Arrodíllate y haz lo que hacen las putas con la boca…
    
    Me da mucho asco pero no tengo opción… Me arrodillo y comienzo a lamer, a untarlo de saliva. Me sorprende el tamaño…
    
    Vivirás si me das placer… métela en tu boca, métela entera…
    
    Abro la boca y comienzo la penosa tarea… Primero sólo entra un poco, luego más, luego más… ¡¡¡Ahhh!!! Es tan larga que llega a mi garganta y me da arcadas. Echo la cabeza hacia atrás… Él no me deja. Me sujeta por el pelo y tira hacia él. ¡¡¡Ahhh!!! Me voy a ahogar… me voy a ahogar…
    
    No, no…
    
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    ¡¡¡Ehhh!!! Abro los ojos. El clérigo ya no está. Estoy sudando. Desnuda pero con una manta encima. Hay una antorcha colgada de la pared. Conozco el lugar… La mazmorra de la atalaya. ¿Qué hago aquí?
    
    Tiro la manta… ¡¡¡Manos libres!!! Sin grilletes. Sólo tengo uno en el tobillo derecho uniéndose a la pared.
    
    Grito… no sé a quién llamo pero grito.
    
    Oigo pasos. Pies bajando por la escalera. ¡¡¡Es Sancho!!!
    
    ¿Qué ha pasado?
    
    Me toca la frente, me da agua…
    
    ¿El convento? ¿Los monjes inquisidores? ¿Cómo he vuelto aquí?
    
    ¿Qué?
    
    Eso… ¿Cómo he vuelto?
    
    Nunca has salido de aquí. Llevas tres días delirando con fiebre alta.
    
    Me vuelve a tocar…
    
    Aún estás caliente pero parece mucho mejor.
    
    Tengo hambre…
    
    Voy a buscar comida…
    
    Se vuelve. Le sigo hablando…
    
    Soñé que Isabel me ...
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