¡Hice Una Amiga!
Fecha: 21/03/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: SaryCD22, Fuente: TodoRelatos
... una petición así? ¿Como podría negarme a la petición de ayuda de un padre para con su hija crossdresser? Y aunque no fuese la petición de un padre ¿Cómo negarme a ayudar a una hermana crossdresser?
Y casi sin ver la pantalla por las lágrimas que corrían por mis mejillas le escribí “Claro que la ayudaré, pásale mi número y que me escriba para ver cuando quedamos”.
Concretamos que nos veríamos al día siguiente en mi casa, temprano después del almuerzo para una “Tarde de chicas” y que ella me pudiese preguntar todo lo que quisiera y yo poder ayudarla en la medida de lo posible.
Llegó el día siguiente y me levanté tarde, llena de energía y nervios por conocer a esta chica y quizá acabar siendo “su maestra”, pero sobre todo por la posibilidad de poder hacer una amiga crossdresser porque todavía no tenía ninguna y me encantaría tenerla.
Así que tras recoger un poco la casa para que todo estuviese perfecto, almorcé algo rápido y me dirigí a la ducha para estar limpita y suave, como una mujercita buena y modelo.
Las sesiones de depilación láser se notaban mucho, por lo que apenas tardé nada en depilarme, afeitarme y ducharme, lavándome bien a fondo para no dejar ni un pelito ni nada de mugre. Y al acabar, para oler bien, me embadurné entera de leche de coco hidratante. Tenía que estar limpita, suave y perfecta.
Pensé en vestirme antes de llegara, pero después lo pensé mejor y decidí que sería más divertido maquillarnos juntas, y quizá podríamos darnos consejos mutuamente para mejorar, así que , cogí un libro y me dispuse a esperarla.
No paso mucho antes de que sonase el timbre de la puerta. Eran las 15:00.
Al abrir la puerta me encontré a un chico de más o menos mi edad, delgadito, con el pelo corto y negro, algo más bajo que yo y con las facciones delgadas.
-Eres Diego ¿Verdad?- Le dije sonriendo, mientras con un ademán le invitaba a entrar en mi casa.- ¡Bienvenido!
-Llámame Miranda, por favor.- Me dijo con una sonrisa tímida. Estaba claramente nervioso, hasta le temblaban un poco las piernas. Me dio mucha ternura.
-Por supuesto Miranda, disculpa.-Le seguí sonriendo, más ampliamente.- Yo soy Sara, es un placer.
-¿Te contó mi padre lo que pasó verdad?- Me preguntó, con la tristeza pintada en la cara. Su sonrisa se había ido y se adivinaba vergüenza y miedo.
-Si, me lo ha contado.- Le dije con el tono más tranquilizador que pude.- ¡Pero no tienes nada de que avergonzarte ni sentirte mal corazón! Aquí estás con una amiga, y eso es lo que quiere tu padre y por lo que me ha pedido el favor de que hables conmigo. Siéntete como en casa.
Vi que mis palabras calaban en Miranda, y que se empezaba a relajar y a respirar más tranquila. Volvió su sonrisa.
Aprovechando el momento, y que se empezaba a sentir mejor, decidí que era el momento de empezar a intimar. La pobre necesitaba hablar con alguien que la entendiese y quizás yo pudiera ayudarla. ¿Y qué mejor lugar para hablar que delante de un espejo, maquillándonos y ...