1. A mi madrastra le gustan las nalgadas


    Fecha: 02/07/2019, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... cercano y lo acompaño hasta que parta el avión. En esa espera me da uno consejo.
    
    -Cristian, ya sé que es medio complicado a tu edad tener que cuidar a alguien y peor a tu madre, pero sabes cómo es Silvia y como se pone si no le haces caso. Ella está tomando unos analgésicos para el dolor que tiene en la cintura, casi siempre son suficientes, pero algunas veces me pide que le pase un analgésico local porque dice que le hace efecto más rápido. Si te pide que le pases ese, hace el favor y pásaselo sino me va a llamar para que regrese, porque no le deje que vaya la madre, sabes cómo es de insistente.
    
    -No hay problema pa, podes ir tranquilo. Nos vamos a arreglar.
    
    Los despido y vuelvo a casa, eran como las nueve de la mañana.
    
    Cuando entro a casa me dirijo a mi habitación y mientras estoy caminado hacia allí escucho que me llama Silvia desde la suya.
    
    -Cristian ¿Podes venir?
    
    -Sí que pasa.
    
    Me asomo a su habitación y veo que sigue acostada, estaba boca abajo, tapada con una fina sabana rosa. Mira por sobre su hombro y me dice
    
    -Me podes ayudar con esta crema, me la podes pasar en la cintura
    
    Me arrimo a un costado de la cama y sacando la mano de debajo de la sabana me alcanza un pomo de crema desinflamatoria, como la que usan los deportistas. Como un estúpido le pregunto.
    
    -¿Qué hago?
    
    -Dale, bobo, pasame en la cintura
    
    Se corre la sabana y queda tapada con un camisón floreado que le llegaba hasta detrás de las rodillas. Se queda esperando con los brazos a los costados.
    
    -y dale ¿me vas a pasar la crema?
    
    -Pero, te tengo que levantar el camisón.
    
    -Y claro tonto, ¿no tenés manos?
    
    Me increpa para que la toque, lo que me da valor para tocarla.
    
    Le levanto el camisón hasta la mitad de la espalda dejando al descubierto el hermoso culito tapado solo por una braga que me llama la atención, tenía un estampado de múltiples titulares de diarios sobre un fondo blanco, las letras se escurrían entre sus nalgas, daban ganas de morderlas para que no se caigan en esa brecha.
    
    Tomo el pomo y lo apretó sobre su cintura, le empiezo a esparcir con las dos manos la crema con movimientos circulares, mientras subo lentamente por la espalda. Pero me para.
    
    -más abajo.
    
    Toma con las dos manos la braga y se la baja dejando el culo al aire.
    
    -Bueno, como quieras
    
    Me siento sobre sus piernas automáticamente, como algo instintivo y le empiezo a pasar crema por el culo, le manoseo esos hermosos cachetes mientras se los separo con cada movimiento. Tenía el mejor plano de su arrugado y apretado ano. Ella estaba entregada, fue deslizando su mano entre su cuerpo y la sábana hasta lograr introducir sus dedos en la vulva, comienza a masturbarse mientras se retuerce del placer. Pasa un rato y no podía para de tocarle el culo, y me dice en voz baja.
    
    -Pegame.
    
    No dije nada, le empiezo a pegar en las nalgas como si fueran unas tumbadoras cubanas. Se ponían las nalgas levemente coloradas mientras ella se retorcía y me pedía más.
    
    -¡Dale!, ...
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