1. A mi madrastra le gustan las nalgadas


    Fecha: 02/07/2019, Categorías: Incesto Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... enemigo en modo francotirador, así que nos movemos con cautela.
    
    Se escuchaba el sonido del viento y las ramas de los arbustos del juego, con el fondo de las risas de mis dos hermanas, en el juego nos acercábamos a una cabaña, muy despacio para no ser descubiertos, ella estaba concentrada, yo aunque trataba de estarlo no podía alejar mi vista de sus tetas que miraba en el reflejo de la pantalla. Ya nos encontrábamos a segundos de sorprender al enemigo y de pronto un sonido me sorprende,
    
    -Trrrr…
    
    Silvia en su profunda concentración se había tirado un pedo, me sorprendió que ese hermoso culo sonara de aquella forma, aunque fue un sonido corto y seco, tuvo la frescura de un fonema de algún idioma desconocido. Giro la cabeza y la miro, se le comienza a dibujar una sonrisa que se trasforma en carcajada, en ese preciso momento estábamos muertos los dos en el juego, nos habían descubierto. Tira el control sobre el sillón y se para riendo, me muestra el culo moviéndolo mientras se ríe, yo me hago él enojado y le digo.
    
    -Perdimos por tu culo.
    
    Y le pego en el culo con fuerza, fue una tentación muy grande verlo sacudirse a unos centímetros delante de mí, mi mano hizo contacto y pensé que se iba a enojar, a ponerse furiosa, pero no fue así. Pego un saltito y salió corriendo, como si hubiese hecho una travesura. Ese momento creo que no los voy a olvidar en mi vida, fue un giro en nuestra relación.
    
    Ese día no podía borrar una sonrisa de su cara cuando me miraba, hasta lo hacia delante de mi papá sin que él se diera cuenta. Fueron a la iglesia y no los vi hasta la cena.
    
    Después de cenar mi padre se levanta de la mesa y lleva a mis hermanas a la habitación, les iba a mostrar un juego de mesa que les había comprado. Quedo sentado en la mesa y se acerca Silvia y me dice en voz baja.
    
    -Mañana me das la revancha.
    
    -Sí, no hay problema, pero no quiero perder de nuevo, vas a tener que guardar silencio.
    
    -jajaja, ¿por qué? Me vas a castigar de nuevo.
    
    -Si haces los mismos ruidos, sí
    
    En eso regresa mi padre y cortamos la conversación como si nunca hubiésemos estado hablando, pero ella no podía esconder una leve sonrisa como la de La Mona Lisa.
    
    Teníamos un secreto a espaldas de mi padre, creo que eso empezó a hacer más excitante nuestra relación, lo clandestino nos excitaba.
    
    Al otro día yo iba estar temprano en casa, no trabajaba y estaba en un receso de la universidad, Silvia llegaría a eso de las tres de la tarde después de buscar a sus hijas de la escuela.
    
    Empiezo a jugar mientras espero a que llegue, el tiempo se hacía elástico hasta que escucho el sonido del picaporte de la puerta y a mis hermanas que pasan corriendo a su habitación. Silvia pasa a mi lado, con su traje azul, se la ve agotada pero me dice
    
    -¿No me esperaste?
    
    -quería pasar de nivel.
    
    -jajaja y conmigo no podías, ya vengo.
    
    Se fue a cambiar y vuelve a los pocos minutos, con un camisa floreada de tela liviana que usa de entrecasa que le llega casi hasta las ...
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