Pérfida - Relatos Eróticos

Pérfida

... unos desayunos de miedo. Porque si al salir del hotel descubrí que el sol estaba saliendo, se me había pasado la noche volando.

En la mesa estaba Asun, Sofi y Nita. De Lola ni rastro.

Me senté con ellas con una sonrisa de tonta mientras que mi acompañante con la excusa de aparcar se daba el piro (que pena, espera que lloro)

- Tía ¿porque te has ido a un hotel? En casa hay habitaciones.

Con falsa inocencia la respondí:

- No me parecía correcto ponerme a follar con un tío en la misma casa en donde esta mi ex con su nueva pareja.

(Una mierda me voy a follar a un tío en tu casa para darte material con el que mostrar a Germán para que le hagas creer que le he podido ser infiel)

- Cari, lo entiendo, espero que ya que está la puerta abierta entres siempre que quieras.

Mientras desayunabamos nos contamos como fue la entrada del año.

La única que no contó nada fue Nita.

Él resto nos detallamos con lujo de detalles como fueron nuestras campanadas.

El año continuó, poco a poco me volví acercar a Nita, o mejor dicho dejé que ella se acercara.

Os preguntaréis por mi plan. Para que Nita no sospechase de mí tendría que saber con pruebas fehacientes que ya Germán me importaba una mierda y que yo estaba continuando con mi vida. Para ello nada mejor que salir de fiesta y que Asun, Sofi o Lola me vieran con algún chico. Incluso me animé en aceptar algunos cuartetos con Lola, no interactuamos entre nosotras pero si que intercambiamos parejas.

Faltaban pocos días para el fin de carrera con los exámenes ya concluidos cuando Lola nos animó a las tres a reunirnos con unos amigos suyos y montarnos una fiesta de aúpa.

Nita ni apareció ni supimos de ella y eso que el apartamento era de ella. Ella estaba feliz con Germán. Me asombraba la capacidad de aguante de Nita, ¿realmente querría a Germán? ¿No estaba actuando?.

La duda se respondió durante la fiesta.

Lola, despatarrada a mi lado también despatarrada. Ambas desnudas. Agarrandome la mano mientras los dos chicos que nos han tocado en suerte nos hacían un trabajo de bajos de miedo.

Lola cuyas fosas nasales estaban manchadas de la misma sustancia blanca que en su día usaba Nita comenzó a confesarse.

- Joder Mari, cielo - la otra mano acariciaba el pelo del chico - Nati tiene buen ojo, estos tíos lo comen de miedo.

Me quedé de piedra. Pero seguí con la pantomima. Y lancé la caña.

- Nita siempre coge de lo bueno lo mejor - todo ello entre gemidos.

- Tu la conoces antes que yo - me respondió - la semana pasada aprovechando que Germán no estaba nos tiramos todo el finde con estos cuatro maromos follando como locas.

Mientras me contaba lo que fue sexualmente ese fin de semana del cual ninguna de las demás sabíamos nada, las dudas sobre los sentimientos de Nita hacia Germán se esclarecian.

A Nita, German se la sudaba, lo único que le interesaba era que estaba bueno, tenía pasta y lo principal: yo lo vi primero. Luego estaban los contactos que tenía en Europa. ...