1. El ataque de los power bottoms


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: SantiagoRodriguez, Fuente: SexoSinTabues30

    ... servir de nada, pues mi familia anda de viaje y la casa está construida de tal manera que nadie en el barrio se entera de lo que pasa aquí”, me dijo Nico. Volví a gritarles: “¿Acaso no piensan soltarme? ¡Quiero mear!” Entonces Sebas se me acercó, se agachó y antes de introducir mi pene en su boca, me dijo: “oríname la garganta, si gustas”.
    
    Me quedé helado de la impresión. No supe qué decir, pero, al sentir el olor de su piel, mi verga habló por mí. “¡Se te ha puesto durísima, así no vas a poder mear!”, me dijo Sebas y procedió a sentarse sobre mí introduciéndose mi pinga en el culo. “Ahora sí, méame con confianza”.
    
    Los primeros chorros me salieron con dificultad y algo de ardor, pero luego me dejé ir y creo que oriné como un litro. “Qué rico se sienten tus meos calientitos, ooooh…”, dijo mientras se apretaba las tetillas y masturbaba, y al darla me apretó con fuerza la pinga con su esfínter. El culo de ese chico tenía vida propia. En cuanto terminé de orinar tuve otro orgasmo y eyaculé nuevamente en medio de gritos de placer.
    
    “No nos equivocamos, eres un semental”, dijo Nico mirando la escena y dedeándose el culito. Yo aún estaba asimilando la última vaciada cuando, de repente, sonó el timbre. “Yo voy, deben ser ellos”, dijo Nico y se retiró del cuarto.
    
    “Voy a gritar pidiendo ayuda para que escuche quien haya tocado el timbre si no me sueltas”, le dije a Sebas, pero sus apretadas de esfínter sobre mi pinga aún tiesa me quitaron toda la firmeza de la voz. “No suenas muy convencido”, susurró en mi oído, poniéndome la piel de gallina. “Papi, te juro que la vas a pasar muy bien con nosotros”. Dicho esto, la puerta se abrió e ingresaron unos cinco o seis muchachos de la edad de los gemelos, todos guapos y bien formados. “Te presento a nuestros compañeros de la academia de artes marciales, que han venido aquí para hacerte un gangbang entre todos”, dijo Nico. “¡¡¡ESTÁS LOCO!!!”, vociferé, pero el gemelo al que estaba empalando me dio un derechazo que casi me desmaya. “¡Cálmate! ¡No seas melindroso como tu amigo, que terminó conmigo porque no era lo suficientemente macho como para aguatarnos a todos!”
    
    Continuó Nico: “este será un gangbang diferente de los que has visto en videos. No vamos a cacharte a ti; no vas a ser nuestro pasivo sino nuestro activo y nosotros tus pasivos; aquí el único activo eres tú. Así que ve abriendo la boca y tómate esto”. Nico se acercó a mí con un vaso de agua y una pastilla azul… sí, ESA pastilla azul. Sebas se sacó mi pichula del culo y de un salto se puso de pie. Los chicos recién llegados empezaron a desvestirse dándome la espalda para enseñarme sus culos, cada cual más rico que el otro: todos redondos y firmes, pero de diferentes colores y tamaños. También comentaban lo bien que me veía “a pesar de la edad”. En cuanto terminaron de quitarse la ropa y quedaron en suspensores de diversos colores, el pelado de abajo se me puso tieso por vez enésima.
    
    “¡Vaya! Parece que por ahora no vamos a tener que usar ...
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