1. Una yegua de sangre azul


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos

    ... estaban condenados a la desesperación por no cubrir yeguas.
    
    La condesa descubrió que ver la excitación de los sementales y las calientes posturas que adoptaba durante su ejercicio, le provocaban siempre gotas de humedad en su coño bien afeitado y un rubor se extendió por sus mejillas.
    
    Esto no pasó desapercibido para el joven Moham, que se rió de su difícil situación antes de girarse para susurrarle algo al oído a Farah.
    
    El rostro de la princesita al principio se oscureció por la vergüenza... Luego hizo algo que no era propia de ella... Con un guiño a su compañero, la hija del Jeque desenganchó hábilmente el cabestro de cuero que llevaba la yegua y la condujo dócilmente de regreso al interior del establo, y la llevó hasta el sitio donde estaba repantigado el semental llamado Taleb.
    
    Taleb era un viejo semental... Su gran polla colgaba flácida y su piel estaba agrietada y bronceada por años de tirar de cargas pesadas bajo el ardiente sol del desierto.
    
    Antes de ser capturado por piratas berberiscos y vendido como cautivo, Taleb había sido un joven pescador portugués con esposa e hijos propios.
    
    El padre del Jeque vio el potencial en los fuertes brazos de pescador y los amplios lomos, y lo compró en Rabat... Desde entonces, el semental había engendrado decenas y decenas de potros para sus amos, ahora de poco servía.
    
    Sus días de gloria habían quedado atrás... Taleb había pasado casi toda su vida en los establos y ya ni siquiera podía recordar cómo pronunciar su antiguo nombre.
    
    - "Mi mascota, veo que anhelas el abrazo de este viril semental... Debes acudir a él... Es lo propio de las bestias, que el macho se acople con la hembra", le dijo riendo Farah a su preciada yegua.
    
    El joven Moham abrió la puerta baja del establo del Taleb e hizo un gesto grandilocuente a la yegua para que entrara, sonriendo mientras lo hacía.
    
    La condesa se resistió a la entrada del establo... Ni el recinto ni su ocupante habían sido limpiados en mucho tiempo y emitían un hedor cálido y seco que le resultaba repugnante.
    
    Los ojos del semental se aclararon y brillaron cuando vio a su pareja designada, y su polla se puso débilmente tiesa.
    
    Farah miró a la condesa con desaprobación, diciendo:
    
    - “No debes hacer más estas tonterías... ¿Debo ir a mi padre y traer su aguijón de hierro?
    
    Moham apoyo las palabras de Farah y con la voz ronca por la lujuria adolescente, le conminó:
    
    - “Bestia... debes obedecer... Quiero que te aparees como lo hace una autentica yegua... Y sin vergüenza alguna o será peor para ti.”
    
    La condesa miró a su ama, cuyo rostro estaba sonrojado y cuyos ojos brillaban como un espeluznante reflejo de su lujuria y perversión... Sabía que no tenía más remedio que obedecer.
    
    Ella comenzó a avanzar hacia el recinto del semental.
    
    La princesita hizo un gesto a la yegua para que entrara en el establo, cerrándolo con firmeza en el momento en que la condesa estaba dentro... Vio que la mano de Moham se extendía para agarrar la mano ...
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