1. Donde las dan las Toman. 3/3


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... accidente de moto. El tipo tendría unos 40 años. El trauma no fue aparatoso, pero sufrió un fuerte golpe que derivó en un coma, por lo que se le remitió a cuidados intensivos, que es una zona exclusiva en dicha planta. Cuando inicié mi turno me pasaron el parte y leí su historial.
    
    No había mucho que hacer, sólo controlar que sus constantes fuesen estables y cambiar los goteros. Junto a la información oficial, también me enteré de la extraoficial, pues al parecer, era “vox populi” que el hombre calzaba una herramienta fuera de lo común y eso causó cierto revuelo entre las auxiliares y enfermeras… como he dicho anteriormente, tanto solteras, divorciadas como casadas, probaban de las mieles del sexo. Sin embargo, como nunca he hecho demasiado caso de los cotilleos, si bien es cierto que siempre se ha dicho que cuando el río suena, agua lleva, de modo que como todas mis compañeras ya lo habían verificado, yo no iba a quedarme sin satisfacer mi curiosidad…. A la una de la madrugada, cuando todo estaba en absoluta calma y solo éramos dos las despiertas en ese turno, me animé a comprobar la autenticidad de las habladurías e hice a un lado la sábana y a continuación la bata confirmando que la realidad supera en ocasiones a los chismes. Una especie de anaconda caía hacia un lado y me quedé boquiabierta, pensando que Dios había sido muy generoso con aquel macho, y sin embargo muy cicatero con otros muchos.
    
    A pesar de saber que mi compañera de planta no iba a venir hasta allí, miré hacia todos lados comprobando que no había nadie por los alrededores y alentada por el morbo me animé a brindarle una leve caricia a aquel mostrenco en estado de reposo. Cogí aquel salami sopesándolo y aún sobraba miembro cubriendo con ambas manos. Presioné sabiendo que no habría ninguna reacción por su parte y sus constantes continuaron sin ninguna alteración, le despejé el glande de su prepucio, haciéndole una leve paja de unas pasadas. Volví a dejarlo todo igual… seguí mi ronda.
    
    Mi compañera se interesó por mi impresión de la nueva atracción de feria que había en intensivos, no hice demasiado caso al comentario, aparentando indiferencia y fingiendo estar centrada en el trabajo, aun cuando tener aquel cipote en la mano y palparlo, alteró mis más bajos instintos, hasta el punto de tener que ir al aseo para satisfacer la necesidad imperiosa de aplacar mis repentinos calores, como si fuese una adolescente con las hormonas revueltas. Después de liberar endorfinas seguí con mis tareas, sin dejar de visitar al convaleciente dos veces más, antes de terminar mi turno para comprobar que todo estaba en orden… en la última visita me atreví a mamarle el glande. Al llegar a casa reclamé las atenciones de mi esposo, que se despertaba… en cierto modo no se extrañó de mi comportamiento, sea como fuere no puso demasiadas objeciones, ni hizo demasiadas preguntas del motivo de mi euforia mamándole la polla como una loca. Bien envergado, simplemente se puso a ello en un mete saca ...
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