Donde las dan las Toman. 3/3 - Relatos Eróticos

Donde las dan las Toman. 3/3

... manera también le quería a él, ya no solo por lo que me había prometido en relación a su herencia, sino porque era un hombre que necesitaba de atenciones y ya no le quedaba demasiado en esta corta vida. Después de dos minutos de silencio, le dije que se tenía que hacer otra ronda y que después volvería para hablar más distendido sobre la fortuna que tenía ese viejo zorro y el acuerdo firmado ante notario. Entonces me soltó…

– ¡Anda, límpiate toda la leche que te ha metido en el coño antes de salir, no es necesario que vayas “tan guarra” como has demostrado!

Me giré hacia él, le miré seriamente y me levanté la bata, para enseñarle el tanga húmedo con una amplia mancha de semen que alcanzaba toda mi entrepierna. De manera exagerada brotaban los grumos por entre la tela fina de las bragas y continuaba saliendo de mi interior, de tanta lefa que albergaba… aquel viejo follaba bien y eyaculaba como un caballo, de ahí su gran éxito con las mujeres a lo largo de la vida. Pero no me iba a quedar con las palabras en la boca y el espeté…

– Me encanta sentirlo dentro de mí… saber que estoy llena de la esencia vital de un gran macho semental, me anima a ser feliz y volver a mi trabajo con ganas renovadas, más si me atiborran de leche espesa como hace Eugenio…

– Es por eso que te lavas el coño todas las mañanas, nada más llegar a casa.

– Generalmente sí… ¡¿Te molesta que a tu esposa también se la follen fuera de casa?!

Carlos se quedó callado y yo me fui a acabar mi trabajo, él sabía que estaba al corriente de sus infidelidades, de las de su hermano Vicente e incluso de las de su padre…, de cómo en su familia, la esposa es adornada de cornamenta de manera sistemática, pero Jacqueline no era tan sumisa como Catalina o mi suegra, yo entraba a su juego y lo hacía mejor, porque como dice el dicho…“Donde las dan las toman”,y ahí en mi terreno dentro del hospital es donde más tomaba de la potencia y energía de mis amantes…, y tanto obtenía de ellos, que al final logré entrar en la larga y extensa lista de las que lograban quedar panzonas en ese hospital en el Turno de Noche… ¡No iba a ser quien rompiese la estadística! ¿Verdad? Lo que no tuve claro en un principio era el verdadero progenitor, pero poco mi importaba, lo principal es demostrar que eres digna de pertenecer a la plantilla de Turno de Noche, y que la criatura sea un bebé sano y feliz. Lo que me haría mucho más feliz, fue que el examen genético dio que fue engendrado por mi afortunado Eugenio, y con ello reforcé la alianza del testamento firmado, asegurándome una vida cómoda.

FIN