1. Donde las dan las Toman. 3/3


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... fin de disimular, me dijo que pasara esa noche para darle la medicina, a lo que contesté que sí, como siempre a última hora…. Me quedé con mi esposo hasta mi turno, cenamos juntos, hablamos distendidamente e incluso tuvimos un momento de privacidad que hacía tiempo no teníamos. Después me cambié de ropa, me puse mi uniforme, solo con la ropa interior exigua debajo y las medias con liguero, a lo que remataba con unos zapatos blancos. Siempre me gustaba que me vieran sexy, pero eso tal vez molestaba a mi esposo porque era muy provocativa y la gente me mira con descaro, pero una tiene lo que tiene… y como dice ese dicho “Lo que se comerán los gusanos, que lo gocen los cristianos”.
    
    Empecé mi turno desde la primera habitación hasta la última, es decir, desde el principio del pasillo al final. Eran las 00:30 cuando entré en la habitación de mi marido para ver cómo estaba. Pensaba que había terminado la primera ronda, y así era, todo el mundo estaba metido en sus habitaciones prestos a dormir y dejar descansar a los demás, por lo cual me pidió que me quedara con él un rato, pero le dije que no, que aún me faltaba por visitar a uno… al viejo Eugenio que a esa hora le tocaba su medicina especial. Mi esposo puso mala cara, pero bueno, reconoció que era mi trabajo y él no era quien para decirme como tengo que hacerlo. Le prometí que cuando terminase con Eugenio volvería a la habitación con él, a descansar. Al salir, dejé abierta la puerta, a lo que se levantó y acudió a observar donde iba. Mi esposo alcanzó a ver como entraba en la habitación de enfrente, cerrando por dentro la puerta del viejo “Don Juan”, echando el pestillo.
    
    Pude ver por la ventanilla de la puerta, cómo mi esposo se quedó mirando cuando me acerqué al abuelete dándole mi cariño con caricias a su rostro, y eso le debía dar una mala señal de cuanto iba a hacer ahí dentro. Seguro que le comía la curiosidad y los celos. Ya en la puerta, se asomaba desde el pasillo por la ventana que tenía, estaba en penumbra por lo que se podía ver con meridiana claridad cuanto ocurría si te fijabas bien. Centró su vista en mí, estaba sentada al lado de la cama del paciente, hablábamos distendidos, como tal que nos conocíamos de hace tiempo, y de eso ya habían pasado varios meses. Eugenio, estaba semi sentado en la cama, y encendió la lamparita de la mesita que tenía al lado. Le pregunté si ya se había tomado la pastilla mágica azul (esa sería esa noche su medicación). Se la había tomado hacía media hora.
    
    Al mismo tiempo me levanté del sillón, y me dirigí al sillón que hay enfrente de la cama, me agaché para buscar algo en la bolsa que yo había dejado, mostrándole a mi vejete fornicador mi hermoso culo… solo para deleite del abuelo e iniciar su excitación. Todo tenía una justificación…. Cuando lo encontré, lo guardé en mi bolsillo derecho de la bata y me dirigí otra vez al lado del abuelo, pero esta vez de pie…. Eugenio empezó a acariciarme los muslos, cada vez más arriba, yo me dejaba hacer, me veía ...
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