1. Donde las dan las Toman. 3/3


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... más buena que ella, y sin duda necesitaba tener a su esposo dentro de mí, mucho más que la zorra de Catalina… ella lo hacía por amor, yo por pura jodienda lasciva.
    
    Escuché cómo se desabrochó el pantalón, y el sonido la cremallera de la bragueta, bajándola. Tiró del tanga y lo extrajo… segundos después noté el calor de su polla pulsando la entrada de mi coño. No hizo falta mucho porque me abrí y se la agarré para que se enfilara directa a mi raja. Cuando encontró la boca de la vagina, embistió rápidamente, metiéndome el ariete hasta el fondo de un solo envión…, entró suave de lo lubricado de mi conducto vaginal y la extrema dureza de su faca. Solté un grito que él apagó con su lengua en mi boca. Le chupaba su lengua y él jugaba con la mía, sin cerrar los labios, un beso guarro y lleno de saliva, mientras que sus embestidas irrumpían entre mis paredes vaginales. Sus embestidas eran a las que estaba acostumbrada, pollazos de hombres que acumulaban tensión y necesitaban simplemente un polvo para liberarla toda en el coño de una hembra afectuosa como era yo en esos momentos. Necesitan correrse, soltar la leche que presiona sus testículos, volviendo a sus instintos primarios para quedarse a gusto y aliviado, perpetuando la especie con sus genes, para luego volver a casa tranquilos con sus mujeres e hijos.
    
    Miré como babeada su cipote que entraba y salía de mi raja cubierta por mis jugos, y actué como si nada estuviese ocurriendo. Me incliné hacia atrás, y él lo aprovechó para comerme las tetas.
    
    Sus embestidas animales me arrancaban gemidos potentes, y la manera en la que me mordía los pezones solo hacía añadirle leña al fuego. Yo estaba en el cielo, estaba muy cachonda y con esos empellones me apaga el fuego interno de mis ovarios, y él lo sabía… él lo notaba cuando mis músculos vaginales se comprimían alrededor de su duro y rígido falo percutor. Mis deseos de ordeñarle la polla lo incitó un poco más, y empezó a embestir más rápido y más fuerte, era uno de los polvos más fogosos y simplemente carnales que había tenido, nada de sentimientos involucrados, solo dos personas usándose la una a la otra. Un hombre que necesitaba correrse dentro de un coño y una mujer que estaba dispuesta a ser usada sin ningún otro fin. Mi tipo de sexo preferido en los últimos tiempos era el de bombero, en donde el objetivo era solo apagar el fuego con una buena manguera y quedar bien rociada…, para el amor ya tenía a mi esposo.
    
    Me mordió un pezón y noté como llegaba al orgasmo, justo cuando sentí que su polla comenzaba a salir de mi coño. En ese momento se me vino a la cabeza las palabras que dijo sobre cómo no quería volver a ser padre, harto de sus hijos, y algo en mí hizo que enrollase mis piernas sobre su cintura, y le sujetase de con mis manos para no dejarle que se escapara. Quería que se corriera dentro de mí y probar mi suerte que este semental bien testada su hombría en el vientre de su esposa. ¡¿Le daría un sobrino a mi propio esposo?! Otros ya me habían ...
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