1. Donde las dan las Toman. 3/3


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... porque no uso si no es en ocasiones especiales. Lo dejé todo sobre el lavabo y comencé a desnudarme. Me quité la falda y luego el jersey, quedándome solo en tanga. Me miré en el espejo y, aunque está mal que yo lo diga, cada día mi cuerpo me gusta más. Buen culo, buenas caderas, tetas en condiciones y ni un gramo de grasa.
    
    Justo cuando me iba a quitar el tanga escuché cómo abrían la puerta, y al girarme para ver quién era vi que se trataba de Vicente. Rápidamente cogí el top y me la lie al cuerpo para tapar mis tetas, aunque ya las había visto más veces cuando hacía topless.
    
    – ¿Qué pasa? – Pregunté–¿Necesitas algo?
    
    Estaba serio, mirándome de arriba abajo con esa mirada felina de depredador. No contestaba.
    
    – ¡¿Vicente…Ha llegado Carlos?!
    
    Comencé a entender por qué me miraba fijamente sin decir nada. Tardó poco en hacerme ver lo que deseaba sin darme una explicación, ya que se giró, echó el pestillo a la puerta y se acercó hasta mí. Con un movimiento rápido y fuerte le pegó un tirón al top y me dejó desnuda. Me intenté cubrir las tetas con las manos en un falso pudor, pero él, agarrándome las muñecas con fuerza, lo evitó, dejándolas al descubierto y mirándolas fijamente…. Vicente y Carlos eran muy distintos, a Carlos le gustaba complacer a las mujeres y para él lo principal era el placer de su pareja. Vicente solo pensaba en su polla, en correrse y hasta la vista, por eso lo llevaba tan mal en su matrimonio. Sin embargo, eso de ser usada como a una perra callejera, me ponía mucho en esos momentos.
    
    Me empujó contra la pared, sin hablar ni una sola palabra, y comenzó a comerme el cuello. Me lo mordía, besaba y lamía, y yo gemía intensamente siendo poseída por un buen macho. Me ponía mucho la situación, Vicente siempre me había puesto cachonda, y él lo sabía al ver mis pezones se ponían duros mirándolo, cuando hacía topless en la playa… ahora era porque me comiesen el cuello también. Subió y comenzó a besarme a la manera caníbal. Me comía la boca como un animal. No era cariñoso, yo no le importaba que fuese la mujer de su hermano, simplemente estaba cachondo como un venado en tiempos de la berrea, y quería deshacerse de la tensión acumulada la venida de una boca más a su casa.
    
    Le mordí el labio suavemente y soltó un gruñido indicándome que le gustaba. Yo estaba súper cachonda, y del calentón rodeé su cintura con mis piernas mientras me tenía contra la pared sujetándome del culo… me lo agarró firmemente y me elevó en el aire hasta que me sentó sobre la loza fría del lavabo. Seguía comiéndome la boca y el cuello… se encarnizó con mis tetas succionando los pezones a modo de aspirador. Y ahora que sus manos estaban libres también me las amasaba como si fuesen dos masas de pan. En mi cabeza sólo podía pensar en su mujer, pariendo mientras su marido se estaba liando conmigo para deshacerse su leche dentro de mi coño… una pariendo y la otra engendrando uno nuevo bebé. Seguro que tenía las tetas más firmes que mi cuñada, sin duda estaba ...
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