Donde las dan las Toman. 3/3 - Relatos Eróticos

Donde las dan las Toman. 3/3

... válido.

Me quedé encima de él exhausta con su estaca todavía en mi interior convulsionante, y poco a poco fue perdiendo rigidez hasta que se salió, lo que provocó un sonoro vacío de mi vagina, y con él, su esencia mezclada con mis flujos escapó del orificio de la fertilización. Después de la euforia vino la calma y reconsideré mi conducta, pensando en que me había convertido en una depravada, pero la dicha de la que mi cuerpo se benefició alejó momentáneamente los pensamientos adversos. Cuando me recompuse me vestí con premura y me despedí de él. Tras lavarme, retomé mis obligaciones profesionales.

Mientras finalizaba mi jornada me replanteé de nuevo el hecho de pasarnos los números de teléfono porque ahora estaba segura de que yo también le gustaba a él y la atracción era mutua, sin embargo una vocecita en mi interior me advirtió que era el momento de poner fin, pues era sabido que cuando no se sabe parar a tiempo en estos casos, pronto surgen las consecuencias, o lo que es lo mismo, quien juega con fuego, pronto acabará quemándose, y ese señor tenía una familia, una reputación y un puesto del que depende mucha gente…, con mi inacción, quedé orgullosa de no llegar destruir algo que surgió y se desvaneció. Había que hacerlo de esa manera, porque el sexo en esa planta era de esa manera… lo tomas, lo usas y lo dejas pasar, nunca te enamoras…. Para mí fue una aventura increíble, era una de la más atrevidas locuras que había hecho hasta el momento y no sé si volvería a repetirlo. Supongo que si me surgiera la oportunidad, no la rechazaría, y allí estaba segura que surgirían…, lo que tengo claro es que yo no la buscaré, porque ellas suele venir a mi hospital o están pululando con cada día nuevo.

Después de la experiencia con ese pez gordo, mi vida sexual con mi esposo mejoró. Con la desaparición del bufete de la pasante, mi esposo se reconcilió conmigo, y poco a poco las aguas turbulentas volvieron a la calma. No sé si aquella vivencia repercutió de algún modo en mi vida conyugal, en cualquier caso, ahora disfruto más que antes dentro y fuera de casa, ya no le pongo puertas al campo y me tiro todo lo que esta potable. Ahora mi mente es más abierta con respecto al sexo, aunque pensándolo bien… no sólo mi mente…

**********

Sí, mi esposo y yo somos una pareja feliz dentro de nuestras reglas de mutuo acuerdo, aunque nos queremos mucho no siempre me ha respetado en al ámbito sexual, y ahora soy yo quien ha tomado la iniciativa de coronarle cada vez que tengo ocasión, y pocas no son, por eso soy selectiva en mis encuentros al menos que esté pasando una fase de sequía. En los últimos meses no habíamos sido muy activos sexualmente, pero estábamos retomando la actividad cada vez que surgía la ocasión entre nosotros, algo complicado debido a las situaciones laborales de cada uno, y de su insistente infidelidad. Él es abogado, y trabaja durante el día, yo soy enfermera, y trabajo en horario nocturno la mayoría de las veces, por petición propia ...