1. Donde las dan las Toman. 3/3


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... cantidad una parte se dejaba resbalar por la comisura. Con los labios pringosos de semen le miré para ver su cara de aprobación y le dediqué una cómplice sonrisa que me devolvió con cara de satisfacción, le mostré todo el contingente seminal que contenía mi boca, y acto seguido me lo tragué todo.
    
    Sin embargo, mi cuerpo se encontraba ahora en plena ebullición. Me limpié la boca con unos Kleenex y salí de la habitación un poco avergonzada. Mi deshonrada postura no fue impedimento para que me dirigiera a los aseos del personal de planta, para aplacar la olla a presión que se agitaba en mi interior. En las siguientes rondas estaba plácidamente dormido y no quise despertarlo. Como iba siendo habitual en los últimos días, al llegar a casa violé literalmente a mi marido impulsada por mis fantasías. No sé qué pensaría él que me estaba pasando, quizás que había llegado el momento de retomar nuestra actividad sexual mermada por tantos años de apatía por su parte y la mía, o el deseo de que se olvidara de la jovencita pasante. Sospecho que todas las mujeres hemos sufrido un impasse cuando nos hemos tenido que ocupar de nuestras carreras, dejando de lado otras necesidades conyugales. Dejé que pensara que llegaba la etapa de reemprender el sexo que habíamos dejado un poco de lado. Sentí remordimientos porque le estaba siendo infiel, sin embargo intenté verlo con positividad, pues si con ello nos beneficiábamos ambos, mejor que mejor… además él lo fue primero y más veces, supongo.
    
    Llegué al trabajo con energías renovadas dispuesta a repetir mi hazaña y al relevar a mi compañera del turno anterior, me comunicó que seguramente al paciente se le iban a dar el alta enseguida, por lo que la noticia me apenó. Indudablemente me alegré por él, considerando que su estado había sufrido una mejoría sorprendente, y teniendo en cuenta que llegó con un coma del cual cabía pensar lo peor…. Agradecí que tampoco le acompañara nadie esa noche, eso me permitía, tal vez una última oportunidad con él. Lo vi completamente repuesto y ya le habían quitado todos los goteros. Sólo tomaba un relajante para descansar. Quise saber más de él e incluso estuve a punto de pedirle su número de teléfono, pero no me atreví. Había sido osada para cosas peores, sin embargo no me decidí a eso, posiblemente porque él me vería como una mujer insatisfecha con ganas de que alguien le diese el placer que en casa no recibía.
    
    Aunque mi figura no es la de una modelo, tampoco puedo quejarme de mi cuerpo, más o menos todo está compensado y en su sitio y, aunque no soy delgada, tampoco tengo un exceso de peso y pienso que todavía soy atractiva para muchos hombres. En cambio, la esposo del señor era notablemente más atractiva y estilizada, por tanto, no cabía ninguna duda respecto a quien preferiría, considerando que pedirle el teléfono me calificaba a mí como una casada buscona e insatisfecha, por consiguiente desistí. Le pregunté cómo se encontraba esa noche y me respondió que de momento no tan bien ...
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