1. La inmoral madrastra lo pierde todo.


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: zorro4l, Fuente: RelatosEróticos

    ... antes de ser sorprendidas por el personal de seguridad.
    
    Llegadas las 3 de la tarde, ya era hora del cambio de turno en el casino. Gabrielle deseaba retirarse a descansar, se encontraba contando los ingresos generados por el escarmiento aplicado a esas cuatro tramposas mujeres. Mismas que al terminar de atender a todos los ansiosos clientes; fueron llevadas ante ella.
    
    “Veo con satisfacción que han logrado compensar la falta de respeto que cometieron a mi negocio. Ahora pueden irse. “–Dijo Gabrielle.
    
    “¿Podrías darnos algo para cubrirnos? Ya es de día, y es un largo camino de regreso a casa. ¡Estamos exhaustas! Al menos, merecemos que la casa nos pague el taxi de regreso. Luego de todo lo que has ganado con lo que nuestros culos han trabajado.”-Dijo Lucrecia indignada.
    
    “Nosotras ya nos retiramos.” –Dijeron Katya y Yelena.
    
    A ellas, no les faltaron ofrecimientos para llevarlas a casa y había dos amigas suyas aguardando en la puerta a que salieran. Estaban urgidas por irse de ahí, en especial cuando esa estúpida de Lucrecia empezó con sus exigencias.
    
    Las dos empresarias, salieron rápidamente. No les gustó el haber tenido que prostituirse, pero días después admitirían, que esa experiencia; les recordó cómo eran las cosas en tiempos menos civilizados de la humanidad.
    
    “¿Y para que querrías cubrirte? Si todo aquel que es alguien en este país, ya las ha visto desnudas, incluso muchos de ellos, ya follaron con ustedes. Lo siento chicas, perdieron el privilegio de poder vestirse mientras estén en mis dominios, mejor váyanse y no me hagan enfadar.” –Dijo Gabrielle.
    
    “¿Y si nos viera la policía? sabes muy bien que ellos, se rigen por las apariencias. No queremos ser arrestadas, por conducirnos con impudicia en la calle. ¡Tengo un esposo muy respetable! No puedo permitirme semejante escándalo.” –Respondió Lucrecia al mostrar su intención de obtener algo para cubrirse.
    
    “Si las viera la policía y quiere llevarlas a pasear, díganles que me llamen. Aprendan de Katya y Yelena, se fueron desnudas y sin protestar. ¡Ahora saquen a este insoportable par de putas de mi establecimiento!” –Exclamó enfurecida Gabrielle.
    
    De nada sirvieron las súplicas de Nelly, ambas fueron lanzadas a la calle con las manos atadas a la espalda.
    
    En la calle, ambas pelearon culpándose mutuamente por lo ocurrido, estaban tan avergonzadas por la forma en que habían sido tratadas, ahora toda la aristocracia en la ciudad; las había visto desnudas y follando por dinero. Eso era terrible para Lucrecia, esas viejas arpías; no tardarían en esparcir lo que vieron, en sus habituales cotilleos.
    
    Lucrecia y Nelly coincidieron en la necesidad de quitarse las sogas para liberar sus brazos y así poder volver a casa lo antes posible. De ese modo caminaron por algunas calles, sin dejar de discutir. Aborrecían cada paso que debieron dar en aquellas aceras llenas de gente que no dejaba de verlas fijamente, encontraban perturbador los silbidos de lobo que llegaban a escuchar, ya ...