Lorena: mi novio y mi familia (4) - Relatos Eróticos

Lorena: mi novio y mi familia (4)

... tú estás haciendo un esfuerzo, lo justo es que yo haga lo mismo.

- Lo justo sería que los dos nos sintiéramos a gusto con todo esto y si…

- Estaré bien - dijo Lore, sonriendo y abrazándome por el cuello - lo prometo, y de cualquier forma si algo no me gusta o me incomoda te lo haré saber, ¿Vale?

- Está bien - contesté, un segundo antes de que mi novia me besara de nuevo en los labios, pero sabiendo que no estaba siendo completamente honesta, ni conmigo, ni con ella misma.

Rosa entró poco después en la sala y se dirigió a nosotros. Era evidente que se había duchado pues todo su cuerpo estaba mojado, al igual que su cabello, lo que la hacía verse aún más atractiva y sexy de lo que ya era naturalmente.

- Hola chicos, ¿Me puedo unir a ustedes?

- Claro Ma - Rosa sacó un vaso, lo llenó con hielos y luego vertió algo de Whisky y un poco de refresco en él.

- ¿Qué planes tenemos para hoy? - preguntó Lorena, sacándome un poco de contexto pues no pensé que en aquel viaje se tuviera algún plan, más allá de convivir y conocernos.

- Bueno, Lola tiene planeado un juego para después de la comida, según ella se trata de algo ligero para encender el ambiente y tratar de integrar a Mario en la familia - dijo sonriente.

- ¿Qué clase de juego? - preguntó Lore, a quien claramente había puesto nerviosa la idea de jugar algo que propusiera su hermana.

- No lo sé, cariño - contestó Rosa, riendo ante el nerviosismo de su hija - pero me dijo que sería algo muy superficial, solo para divertirnos un rato.

- Vale, pues veremos si esta vez lo cumple y no sale con otra de sus loqueras de siempre - Rosa se rió ante el comentario de Lorena, pero pude ver en los ojos de mi novia y en la forma como su cuerpo se había tensado, que la idea no le agradaba mucho.

Lola y Luis se unieron a nosotros poco después, ellos también se habían duchado, lo cual me hizo sentir un poco fuera de lugar, pues después de lo que había pasado con Rosa, no me tomé la molestia de bañarme, así que apuré el resto del trago y me levanté.

- Voy a darme una ducha, tengo mucho calor.

- Ay, de haber sabido que te ibas a bañar también, no me hubiera bañado con este - se quejó Lola haciendo un puchero, algo que a todos nos causó gracia, aunque a mí y ciertamente también a Lore, nos provocó un poco de incomodidad.

Tardé apenas unos pocos minutos en tomar la ducha, en realidad fue refrescante y liberador alejarme un poco de la familia de Lore, no era que no fueran estupendas personas, pero la tensión sexual que había en el aire mientras todos estábamos reunidos, podía ser algo un poco difícil de sobrellevar.

Cuando salí de la ducha me fui a sentar un momento en los lindos muebles de jardín que tenían, disfrutando de la sensación del viento en mi humedecida piel, cerrando los ojos para relajarme un momento, antes de regresar a la casa y unirme de nuevo a todos; con lo que no contaba era con la impaciencia e impulsividad de Lola, quien no tardó mucho tiempo en hacerme ...