1. Terapia de grupo 8


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: ant5cont, Fuente: TodoRelatos

    ... tiene que venderse como un minorista. Si el comprador sospecha que tiene la cocaína por kilos habrá mucha gente que se fije en ella, tantos los que hayan perdido algún envío, como aquellos que la vean como una competidora. Tiene que colocar la mercancía y desaparecer, no ha llegado allí para quedarse. Droga barata, beneficio para todos y hasta luego Lucas. Eso es lo que tienen que entender sus socios si quiere conservar la cabeza sobre los hombros.
    
    Bueno pues a por el siguiente paquete. Va a ser una tarde - noche un poco larga. Pero quiere quitarse ese trabajo cuanto antes del medio.
    
    Una vez pasaron de las fantasías a la acción, Alex recuerda el siguiente hito, que puede parecer algo muy tonto después de lo que ya habían hecho, pero que supuso un paso necesario e imprescindible para lo que sucedió después.
    
    Aquella experiencia en el club liberal dio para un par de semanas de juegos de sexo intenso y duro, seguido de expresiones de cariño cuando terminaban, exhaustos y felices. Era (aunque a ambos le costaba reconocerlo) como una segunda luna de miel. Tardaron esos quince días en que se les bajara el subidón que les había proporcionado la experiencia y también en madurar lo que había pasado, tocándose el cuerpo y comprobando que no habían sido alcanzados por la metralla de la explosión de placer: ningún mal rollo, ningún descenso en la libido, ningún reproche. Sus sentimientos seguían intactos, si no reforzados.
    
    A partir de ahí repitieron siempre en el mismo lugar, nunca con el mismo hombre, eligiendo siempre Inma y evitando aquellos chicos que por algún motivo la atraían, que no necesariamente eran los más guapos o que tenían buen cuerpo. Cualquiera que por algún motivo le llamara especialmente la atención o hubiera posibilidad de establecer una conexión, quedaba descartado. Aquello era el festival del bukkake, noches de pollas y leche, solo eso, se repetían ellos dos.
    
    Cada vez Inma era más atrevida. Si el tipo estaba convenientemente aseado, no le importaba meterse la verga entera en la boca y prescindía del lubricante para pajearlo. Su saliva era suficiente. Alex se había deleitado contemplando como prácticamente cada centímetro de su cuerpo había sido regado en una u otra ocasión, exceptuando sus orificios, claro está. Ella se cuidaba muy bien de que no hubiera penetración en su vulva y de que ninguno de aquellos tipos descargara en su boca, que tenía reservada para su novio. Pero una noche estaba especialmente juguetona. Como suele pasar con estas cosas, el nivel de calentura cuesta cada vez más sofocarlo porque sube con cada experiencia.
    
    Esta ocasión había tenido suerte porque era una verga de buen tamaño, circuncidada, limpia y con aspecto sano. Ella estaba especialmente traviesa, había aprendido a disfrutar de aquello tanto como lo hacía su chico. Todo estaba bien, de modo que ¿por qué no ceder al goce y por qué no dar un pasito más? Alex la invitaba con la mirada, sin necesidad de decir con palabras que estaba de acuerdo ...