1. Halloween – El Payaso Sonrisas


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    ... payaso le abrió bien de piernas y le lamió los muslos, mientras Carlitos no entendía que era lo que estaba pasando y sólo sollozaba.
    
    Ahora el de la sonrisa siniestra tenía a su alcance el delicado culito del crío; por lo que también se puso a lamerle todas las tersas y redondas nalgas, prestando especial atención al lampiño perineo. Y cuando la punta de la demoniaca lengua encontró el rosado y cerrado anito, de inmediato empezó a profanarlo, entrando bruscamente; lo que produjo que el pequeño sintiera como su nudo se liberaba, permitiéndole gritar, al mismo tiempo que sentía como aquel asqueroso apéndice se introducía más y más dentro de todo su recto.
    
    De ahí el payaso terminó de saborear el interior de su víctima, incorporándose para así poder bajar un poco de su flojo pantalón carmesí a rayas, lo suficiente como para que su miembro masculino quedara totalmente expuesto junto con sus testículos. Aquellos órganos masculinos eran monstruosos en tamaño y apariencia. Los huevos eran colosales, todos arrugados y llenos de enmarañados vellos negros. Y la erecta verga era gigantesca, grande y gruesa como un antebrazo, toda surcada por sobresalientes e hinchadas venas, y tapizada de pelos púbicos por toda la base hasta casi la mitad de todo ese macizo rabo.
    
    Cuando Carlitos llevó la mirada en dirección a la entrepierna del perverso payaso y vio esa hombría desmesurada, no sólo se impresionó; sino que pensó que los acelerados latidos de su corazón harían que éste se le saliera del esternón, pues el pavor que sentía ahora era de otro nivel. El desconsolado y aterrado chico continúo sollozando, pidiéndole entre súplicas a su captor que lo dejara ir, diciendo que quería a su papi; pero nada de lo que dijera haría cambiar su situación. El macabro sujeto tomó al nenito de cada pierna y, abriéndolo lo más posible, lo jaló hacia él para que el agujerito infantil quedara justo contra su palpitante glande.
    
    Resoplando más y viendo fijamente al pequeño con sus demoniacos ojos, el payaso comenzó a hacer fuerza para introducir su virilidad en el virginal culo del niño. El terror había inmovilizado nuevamente a Carlitos; quien sólo podía dejarse, experimentando un intenso dolor a medida que aquel falo entraba brutalmente por su diminuto y estrecho esfínter. Se escuchó un ruido como de desgarro y en vez de estallar en gritos, el chiquillo se quedó sin aliento, paralizado, con lágrimas recorriendo sus mejillas y sintiendo como aquella enorme verga entraba en él.
    
    El sádico hombre soltó un profundo jadeo al momento en que la mitad de su monstruoso miembro entró en las cálidas entrañas del crío. En lo que empezaba a bombear ese exquisito traserito de apenas 10 añitos. El robusto rabo del payaso ya entraba y salía del culito de Carlitos en constantes y poderosas embestidas, ensanchándole el ano y recto con cada estocada, con una fuerza maliciosa, que la pequeña cama unipersonal se estremecía y golpeaba contra la pared. Y en una de esas tantas, el intruso ...
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