1. Uno aguanta hasta que no aguanta más


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Will Brown, Fuente: TodoRelatos

    ... me hace señas para que vaya hacia ella mientras me suelta:
    
    - Ven amor, fóllate este coñito, dáselo todo que está ardiendo y llevas semanas deseando que seas tú quien lo llene…
    
    Entonces entiendo. “Amor” significa amor deconstruido, amor líquido, amor posmoderno, amor de la era de las redes sociales, amor instantáneo. Mona es mi amor esta tarde, y mañana la vida seguirá. Puedo hacerlo? Puedo jugar a eso? Puedo yo, un hombre casado, responsable, decente, generalmente bueno, ser tan loco de a) follarme a Mona b) ser su amor.
    
    Joder, sí, claro que puedo.
    
    -Aquí viene tu polla, preciosa -respondo mientras gateo hacia ella- Prepárate para recibir este misil que lleva semanas apuntando hacia ti… -joder, que comentario más cursi, lo sé, pero es lo que me sale. Tampoco soy un experto en esto de tener aventuras.
    
    -Dámelo, bebé, dámelo. Quiero que ese misil me dé todo y dispare sobre mis tetas… me dispararás sobre mis tetas.
    
    -Claro bonita. Soy todo tuyo, para servirte y darte lo que quieras. Te dispararé donde quieras -y entonces me sale, lo digo- amor…
    
    -Siiii, amor mío, ben y métemela bien…
    
    Mona con las piernas abiertas a más no poder me ofrece su vulva. Sigue abriendo sus labios exteriores con sus dedos. Llego y me pongo sobre ella con la cabeza de mi pene rozando la entrada de su vulva. Nos miramos a los ojos y nos besamos. Bajo hasta ella para seguir besándola mientras mi sexo está ya totalmente reclinado sobre la puerta del suyo. Solo hace falta empujar. Sus manos ya no son necesarias allí abajo y me acarician cuello y espalda, atrayéndome hacia ella para seguir alargando nuestro beso. Empiezo a balancear mi cadera y ella imita mi ritmo.
    
    En este vaivén tan placentero, cuando subo mi glande roza su clítoris y cuando bajo está en disposición para entrar hasta el fondo, justo delante de su cavidad, casi en perpendicular a ella. Perfectamente orientada. Alguna vez y más por descuido que otra cosa, meto la puntita, nada, medio centímetro. Quiero metérsela ya pero no llevamos condón, debería levantarme un momento, coger uno y ponérmelo, pero el placer es tan intenso que nunca acabo de tener la fuerza de voluntad para separarme. Tampoco entro porque soy un hombre sensato, y ahí estoy atrapado, sin entrar ni salir, solo jugando, hasta que ella fuerza la partida y, cuando bajo y mi sexe apunta directamente a su orificio, reajusta unos milímetros su posición y con sus manos en mi culo aprieta hacia abajo. Y ya está, estoy dentro. A los dos se nos escapa un gemido gutural. Fundidos en un abrazo muy fuerte, con sus tetas totalmente aplastadas entre su cuerpo y el mío, entro y salgo una vez, luego dos, luego tres. Muy lentamente, porque aun me cuesta asumir que me estoy tirando a pelo a una completa desconocida. Pero se siente tan bueno que, en fin. Seguimos besándonos y haciendo el amor lentamente.
    
    -Dame más fuerte, cariño.
    
    - Sí Mona… pero espera, ahora vengo, voy a ponerme un condón -ahora es el momento, este cambio de ritmo me da la ...
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