1. Uno aguanta hasta que no aguanta más


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Will Brown, Fuente: TodoRelatos

    Una vez me corrí me quedé encima de ella resoplando, intentando recuperar mi respiración desbocada. Con un brazo a cada lado de Mona, nuestras pelvis aún unidas, semi incorporado encima de ella, mirándola sin verla. El frenesí salvaje había pasado y solo quedaban las consecuencias físicas de una cabalgada animal. Fui volviendo a mis cabales. Cuando retrocedí un palmo, de cuclillas, mi pene emergió de entre su coño acompañado de un par de viscosos hilos blanquecinos.
    
    - Joder, ¡te has corrido dentro!
    
    Entonces sí comprendí las posibles repercusiones de lo que acababa de hacer
    
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    Mona y yo nos conocimos online cuando la tensión de criar dos críos de 3 y 5 años ya había agotado por completo la libido en mi matrimonio. Eso no quiere decir que no hubiera podido recuperarse, claro está. Muchas parejas, quizás todas, pasan por altibajos y son muchos los que optan por intentar manejar sus problemas, del tipo que sean, con el compromiso de lo primero es, ante todo, mantener la unidad familiar. Me gustaría decir que esto es lo que hice, pero no.
    
    Yo solo quería un polvo. Quería que una mujer volviera a dedicarme atención, quería volver a sentirme relevante. Coño, al fin y al cabo, no estoy de mal ver. No soy ningún culturista, pero mis dos sesiones de gimnasio a la semana y una dieta sin excesos han mantenido siempre una silueta parecida a la de mi juventud. Y, aunque no es que me pase cada día, de vez en cuando he tenido que sacarme de encima las atenciones de alguna compañera de oficina, de mi prima, de mamis del colegio o en alguna salida con colegas. Sin ni siquiera haberlo buscado, cosa que demuestra que cotizo bien entre las féminas. Todo esto no tiene otro efecto que el de magnificar mi calentura. No creo que sea un depravado si confieso mi frustración suprema cuando, por ejemplo, después de rechazar educadamente a una chica bastante bonita que te ha tirado los trastos toda la noche y te acaba pidiendo el teléfono, llegar a casa con ganas de marcha, esperar consideradamente a la mañana para pedir acción a mi mujer para no despertarla y encontrarme por respuesta únicamente un "hehehe, mi maridito cachondo. Venga, vamos a hacer el desayuno, que los chicos se despertarán". Vamos, que incluso identificando mi deseo, lo único que me llevo es una palmadita en la espalda? Uno aguanta hasta que no aguanta más.
    
    Me inscribí en un foro de citas online. Navegué. Desde el anonimato y la discreción, le entré a 100 mujeres antes de que una me contestara. Hablamos unos días. Nos caímos suficientemente bien. Me gustaron sus fotos (sin cara), que mostraban unos pechos superlativos y un cuerpo rechoncho pero bien distribuido. Sin ser gorda, algún michelín, ubres gloriosas, muslos generosos, labios suculentos. Carne bien prieta y sin colgar, un par de conjuntos de lencería de lo más erótico. Quizás fuera por lo extremo de mi situación o por lo extremo de su cuerpo, pero me puso muy, muy perro. ...
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