1. Uno aguanta hasta que no aguanta más


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Will Brown, Fuente: TodoRelatos

    ... negra y una bata de satén por encima. Me acerco a ella totalmente obnubilado. ¿Cuántos años hace que no se me ofrece en 3 dimensiones una visión así? Demasiados, esto es demasiado fuerte, demasiado bonito. Por unos breves segundos estoy quieto, sin moverme, sin hablar, solo mirándola. No me extrañaría si me dijeran que me estaba cayendo un hilillo de baba.
    
    Mona me llama pero sigo sin reaccionar. Entonces se incorpora, se acerca a mi gateando sobre la cama. Mis ojos se clavan en el portentoso (¡ahora sí!) escote que me ofrece. Llega hasta mí, se incorpora, pasa sus manos por mi torso. Mi cerebro consciente aun no reacciona, pero mi cerebro reptiliano sabe perfectamente qué hacer ante estas situaciones. Mis manos se colocan sobre sus caderas y empiezo a acariciarla con tiempo. Poco a poco mis manos se aventuran cada vez más hacia sus nalgas, animades entre otras cosas por la sonrisa que me dedica. Ella acaricia mi pecho y yo su trasero mientras nos miramos con una sonrisa que a pesar de lo absurda a mi me parece deliciosa. Saboreo el momento.
    
    Mona se da media vuelta, quedando de espaldas a mí. Se deja caer, apoyando su espalda y culito sobre mi torso. Mis manos ahora acarician su vientre pero no tardan en subir y agarrar lo que lleva semanas bloqueando mi mente: unos pechos tamaño XL que son mi fantasía. Los amaso y ella gime, los aprieto y se estremece. Reclina su cabeza hacia atrás, sobre mi hombro derecho, girándolo hacia el exterior, ofreciéndome su cuello, y yo ya no resisto más. Le planto un húmedo beso tras otro. Ella está disfrutando, lo demuestra con sus gemidos y con la manera como se frota contra mí, de tal manera que mi sexo, si es que no lo estaba incluso antes de entrar, ahora está que arde. De repente soy consciente de ello, noto como la presión en mi polla alcanza limites de alarma. Me bulle la sangre, estoy fuera de control, no me doy cuenta de lo fuerte que estoy abrazando y magreándola, pero lo hago.
    
    Con el mismo ímpeto, la empujo como un salvaje sobre la cama y me abalanzo sobre ella. Le doy la vuelta para que quede contra mi y busco sus labios con los míos. Ella se deja hacer, me invita dentro con su lengua, enrosca sus piernas a mi alrededor para aumentar el contacto. Nos acariciamos sin apenas intercambiar palabras. Ella desabrocha mi camisa, yo juego con los bordes de su lencería. En unos minutos estamos igualados: yo en calzoncillos (mi mejor par, Hugo Boss) y ella en unas bragas mínimas y un sujetador que es una obra de arte y que me resisto a quitar. La visión de esta madurita dentro de su conjunto de lencería es la visión de una amazona de primera categoría. Es como ver lo bien que le encaja la ropa a los deportistas profesionales: parece echa para esto. Se mueve encima de mí frotando nuestros sexos con un descaro que me desarma. Mona ha venido a disfrutar sin tabú alguno, con un deseo en estado puro que nada refrena. Yo aún estoy un poco cortado porque coño, ESTA NO ES MI MUJER, pero se mueve encima mío como ...
«1234...10»