1. Uno aguanta hasta que no aguanta más


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Will Brown, Fuente: TodoRelatos

    ... Afortunadamente, mis más modestas fotografías también le gustaron y decidimos dar el primer paso. Chateamos, tuvimos cibersexo un par de veces. Pronto necesitábamos más.
    
    Ella, Mona, también estaba casada. Acordamos conocernos por primera vez en un café, solo para ponernos cara y hablar un ratito. Si los dos nos gustábamos suficientemente al conocernos en persona, la siguiente cita sería en un hotel. Y sí, nos gustamos. Ella acudió con un vestido muy correcto, pero que aun así me pareció hipnóticamente sensual. Ajustado a sus curvas, con un escote decente pero sin duda llamativo. El tamaño de sus tetas hacía que la poca piel que quedaba directamente a la vista formara un profundísimo valle del que era imposible ver el final (lo intenté, lo confieso).
    
    Nos gustamos, pues, y la siguiente, dos días después, fue ya en un hotel. Escogimos otra vez un hotel del centro de la ciudad, pero alejado del bullicio, uno de esos hoteles con acceso a través del parquing para no tener que pasear por la calle. Toda discreción es poca, cuando uno está felizmente casado. Porque feliz lo era, tengo que decirlo. Insatisfecho en la cama, pero feliz, así que, lo repito una vez más, yo solo quería un polvo. Y ni siquiera lo quería en un sentido lascivo, sino más bien casi como un acto de clemencia, de piedad. Rogaba a Dios que me trajera una salvadora para sacarme del doloroso celibato, que pusiera fin a mis penurias y me permitiera dejar de sentirme sediento de más. Solo esto, nada más: ¡no quería una amante recurrente, ni convertirme en un Don Juan que fuera de flor en flor, no! Solo quería, pedía postrado ante el universo, una benefactora que me liberara de este sufrimiento con una mamada bien golosa y gritando mi nombre mientras bota ensartada en mi falo.
    
    En fin. Ella reservó la habitación y llegó primera. Cuando yo llegué y dejé el coche en el parking, vi su mensaje: "Habitación 437. Ya estoy preparada para recibirte...". Subí tan rápido como fui capaz, con el corazón palpitándome como hacía años que no lo hacía pero también nervioso por lo que estaba a punto de hacer, porque una cosa es pensar en ello, otra es hablar sobre ello, pero otra muy diferente es follarte a otra mujer en un hotel mientras en el trabajo creen que estoy visitando unos proveedores y tu esposa ni se lo imagina. Joder, es que, si lo hacía, luego ya no había marcha atrás!
    
    Cuando llegué delante de la puerta 437 no tenía nada claro y cada vez era menos capaz de pensar. Llamé a la puerta, y una voz me respondió desde dentro "Voy a abrir. Espera 15 segundos y luego entra". La puerta se abrió desde dentro y quedo entrecerrada, ajustada al marco. Dejé pasar 15 segundos y la empujé suavemente. El ambiente era oscuro, muy oscuro. Entré, cerré detrás mío y avancé por el corto pasillo hasta la estancia principal: un rectángulo apenas suficiente para una cama doble, una mesita a cada lado, y un tocador con espejo en una esquina. Sobre la cama, Mona cubierta con un sensual conjunto de lencería ...
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