1. ¡Viólame! (La fiesta)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    ... luego Sheikh no podía decirse que le había hecho el amor hasta ahora y la petición de que la violase era más precisa que si le hubiera pedido simplemente que la follase. Sorprendía aún más la frase porque ella no había visto el tatuaje de la parte baja de su espalda pero parecía que empezaba a convertirse en su destino: ser violada y suplicar después por volver a serlo.
    
    Sheikh vio bien obedecer la orden y se puso detrás de Maui. Recogió el plug in anal del suelo. Acarició ese culo castigado y le ensartó la joya de bisutería, recorrió sus tatuajes con la mano, introdujo dos dedos en su húmeda vagina y entró en el sexo de la española que se derretía como mantequilla al fuego. Pese al tamaño descomunal de su polla, la vagina de Maui se la tragaba entera y le daba paso con suavidad desconocida para el senegalés. Continuó moviéndola con fuerza con la intención de abrir el cuello del útero pero era tal la elasticidad y lubricación de aquel sexo que entraba toda su polla sin dificultad. Era la primera mujer que se follaba Sheikh que aceptase todo su sexo entero con ansia de más desde las primeras embestidas. Maui empezó a gritar y despertó al adormecido Ibrahima. Sheikh le indicó que debía callar a la puta y el hijo del Imán de Tambacounda no tardó en abofetear a Maui e introducir su polla en la boca de la modelo. Con la polla de Ibrahima en su boca, su culo lleno por el plug in y empalada por Sheikh, Maui se corrió por fin y liberó su cuerpo de la tensión acumulada. Aquel orgasmo salvaje y con réplicas sería de gran ayuda para que su mente optara por convertirse en una superviviente en lugar de en una suicida. Después recibir el semen de Ibrahima en la boca y poder volver a hablar, Maui dijo de forma inexplicable para los negros:
    
    –¡Gracias!
    
    Viernes, 15 de julio
    
    Al llegar a puerto, un empleado del jeque fue pagando a las modelos que salían conforme a lo que decidía el comisario. Una sonriente Mar de eclipsantes ojos azules le preguntó al comisario:
    
    –¿Cuánto pagan por ser una mesa humana?
    
    –Si quieres serlo en la próxima ocasión, te haré una oferta. Dame tu móvil –respondió sonriente el comisario que le prestó un bolígrafo y le dio un cachete en el culo con descaro.
    
    La morena sonrió pícaramente, cogió el antebrazo del policía y escribió los nueve números sobre su piel. Al terminar los números, dibujó un círculo y lo dividió en tres partes iguales con divisiones curvas y añadió un puntito a cada tercio. Al marcar cada punto, Mar susurró como una oración aprendida: “boca, ano, vagina”. El comisario reconoció el símbolo del BDSM a mitad de camino entre el triskel y el yin y el yang.
    
    Cuando todas las chicas se fueron y cada quien había recibido su parte, liberaron de las ataduras a Maui y la llevaron en volandas los dos senegaleses hasta el coche del comisario. Éste condujo hasta el estudio de Luppo y allí dejaron a Maui con una última amenaza para que hiciera lo que le convenía: callar. Tocaron a la puerta y no esperaron a que Luppo ...