1. ¡Viólame! (La fiesta)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    ... usado aquella noche no esperaba terminar castigado de aquella manera. El palestino no parecía tener piedad y aunque ella intentaba inútilmente juntar las piernas para evitar el mordisco de aquella tira de piel dura, no podía hacer nada para impedirlo.
    
    Los latigazos tuvieron un efecto parecido a la coca, enrojecieron su clítoris y lo llenaron de sangre que cualquiera que lo tocase podía notar cómo entraba a borbotones en la pepita del placer. El palestino quiso violarla y se dispuso a ello sin mediar más palabras ni caricias. Se sacó su generosa polla y entró sin pedir permiso por las doloridas y estrechas paredes de la vagina de Maui. El camino fue horadado sin descanso y los gritos de Maui no iban a despertar a las agotadas modelos que yacían aquí a allá, tal vez alguna incorporaría la despiadada violación de Maui a sus sueños.
    
    El sexo de la española siempre reaccionaba igual ante un cipote abriéndose camino en su interior: humedeciéndose y queriendo frotar la cara anterior de su vagina contra la polla dura. El árabe se dio cuenta y no quería que su imaginaria cerda judía disfrutase, así que paró el ritmo, le dio diez fuertes y sonoros azotes con sus propias manos y decidió romperle el culo con aún menos miramientos que su sexo. Aún con la polla dentro de su coño, golpeó aquel trasero magnífico y separó los glúteos para contemplar esa otra abertura más estrecha. Maui intuía las intenciones del árabe, pero solo podía dejarse hacer sin poder ayudar siquiera a humedecer su ano. La primera embestida en su ano fue brutal, la polla del árabe estaba más dura que la de Sheikh, y entró como un huracán destrozando todo lo que encontraba a su paso. Continuó usándola hasta que notó como iba a correrse y mostrando cierta habilidad, sacó la polla del culo, le dio al botón de giro y ensartó su glande en la garganta de Maui que tuvo que ingerir todo ese falo con aromas anales. El árabe no paró hasta que comprobó que Maui había tragado todo el semen, pese a que sintió alguna arcada. Al terminar, la abofeteó con furia y le escupió en la cara y ella se sintió más desamparada que nunca.
    
    Mahmud se volvió a recomponer su vestimenta y le besó la mano al jeque en señal de agradecimiento, quien le besó en la frente, pensando que había realizado una buena acción por la que sería recompensado en el séptimo de cielo.
    
    Maui no quería llorar y sintió la mano descuidada de Sheikh sobre la suya. Sheikh no tenía intención de consolarla, simplemente pensó que viendo que el barco ´se acercaba al puerto, debía ser hora de ir recogiendo. Maui besó la manaza de Sheikh y cuando el negro le prestó atención le susurró:
    
    –¡Viólame!
    
    Maui nunca se imaginó conjugando el imperativo de ese verbo, pero la cruel acción del palestino sobre el cuerpo de Maui había alterado toda su percepción del mundo y necesitaba un calmante fuerte para olvidar y los orgasmos propiciados por la siempre milagrosa barra de acero de Sheikh eran lo más parecido a un opiáceo que tenía a mano. Desde ...