1. ¡Viólame! (La fiesta)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    ... infinidad de modelos que venían en busca de las generosas propinas el jeque no le dedicó especial atención al inicio de la fiesta. No se esperaba ningún director de cine, ni ningún escritor, ni ningún músico, ni siquiera un científico.
    
    A las ocho menos cuarto, subieron a Maui desnuda, maquillada, con el inserto metálico brillando en la entrada de su ano y con sus barras atravesando sus pezones al coche del comisario. Ibrahima se sentó detrás a su lado. Los dos negros también formarían parte del espectáculo, iban vestidos de blanco, como guajiros cubanos y con la camisa desabrochada y anudada. Al llegar al Puerto Olímpico se detuvieron junto a un pantalán en cuya entrada había una jaula con ruedas y donde estaba amarrado un yate de más de 120 metros de eslora.
    
    Encerraron a Maui en la jaula. El comisario fue a perderse en la fiesta y repasar los dispositivos de seguridad y grabación e Ibrahima encendió cuatro bengalas en cada una de las esquinas de la jaula. ¿Quién se extrañaría de ver una gogó vestida solo con sus tatuajes en una jaula atravesar un pantalán en el Puerto Olímpico de Barcelona en verano escoltada por dos negros de 2 por 2 metros vestidos de guajiros? Aunque llevase un collar de perra y llevara los pezones anillados y en su trasero el tatuaje explicara en tres lenguas el manual de uso de aquel ano brillante, nadie vería nada extraño en todo ello, solo algo habitual en una fiesta privada y nada que no pudiera recordar a cualquier noche en Pachá u Opium. De todas formas, los accesos al pantalán estaban restringidos y solo las mejores cámaras podrían apreciar todos los detalles.
    
    La entrada de la jaula al barco llamó la atención de casi todos los asistentes. Las bengalas eran un reclamo evidente, los negros enormes que escoltaban la jaula eran llamativos, pero sin duda la expresión de miedo de la cara de Maui era la que acaparaba todas las miradas, parecía propia de una actriz ganadora de un Oscar de la Academia. La jaula quedó instalada en el centro del gran salón, delante de la barra donde se servían las bebidas y todos los invitados pudieron acercarse a observar con detenimiento a la asustada modelo. Maui no tenía obligación de bailar, aunque era lo que muchos invitados esperaban, la jaula no tenía altura para ello y ella estaba a cuatro patas como una leona en un circo del siglo pasado.
    
    Sheikh se alejó un rato y habló con uno de los camareros que le llevó a un camarote vacío y le pagó por la bolsa de cocaína el dinero acordado. También tendría que darle su comisión al comisario por esta transacción comercial, pero no sería el cincuenta por ciento, como en el caso del espectáculo del salón.
    
    El barco zarpó sobre las nueve de la noche. Conforme se alejaba del puerto, podía verse mejor el anochecer en la península. Cuando terminó el espectáculo diario de la puesta de sol, la mayoría de los asistentes se quedaron en el gran salón. Ibrahima volvió a encender otras cuatro bengalas y como si fuera una leona enjaulada y Sheikh ...
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