1. ¡Viólame! (La fiesta)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    ... su domador, el jefe sacó a Maui dirigiéndola con varas puntiagudas, tirando de su cadena y mirándola a los ojos amenazador. Ella salió gateando como pudo y terminó en una plataforma de dos vigas de madera paralelas donde podía apoyar sus brazos y sus piernas y con un travesaño bajo su cabeza.
    
    En cada viga le sujetaron un tobillo, una corva y una muñeca con sendas correas de cuero y rematadas con hebillas y agujas de acero, de forma que Maui podía usarse solo en tres posiciones:
    
    · Postura 1, arrodillada y con los brazos estirados como una esfinge, muy práctica para que hiciera mamadas.
    
    · Postura 2, a cuatro patas para follársela como una perra o para usarla bucal y vaginalmente de forma simultánea por dos hombres.
    
    · Postura 3, con el culo mirando al techo y la cabeza muy baja apoyada sobre el travesaño para disponer de mejor visión de su trasero al encularla.
    
    Adicionalmente se podían liberar sus corvas para ponerla en lo que un yogui llama postura del perro cabeza abajo, pero a la que un occidental suele referirse como V invertida, esta postura estaba pensada como otra opción para follársela o encularla. Al terminar de sujetarla con las correas le vendaron los ojos, no era necesario que viera nada, ni sobre todo, reconociera a nadie. Ya con los ojos vendados, sintió el feroz pellizco de unas pinzas metálicas en sus pezones. Al principio de la noche, mientras se animaba la fiesta estaba pensado usarla como mesa, así que la dejaron a cuatro patas con las corvas sujetas. Sheikh recorrió desde el clítoris hasta el cuello de Maui con la punta de la fusta antes de dejarla sobre su espalda, y se detuvo al principio del recorrido un rato en su ano. La plataforma de madera también tenía un sistema motorizado que con dos botones permitiía subir o bajar a la chica para que sus orificios estuvieran de forma cómoda a la altura deseada, normalmente a la altura de alguna polla empalmada y con el tercer botón permitía girar todo sobre su eje, para alternar el uso bucal del anal o vaginal, sin necesidad de moverse.
    
    La primera conversación que se tuvo alrededor de la mesa humana fue entre el jeque, el magnate ruso y las cuatro modelos bielorrusas. Las modelos se repartieron a partes iguales entre los jerarcas y cada uno podía admirar una beldad a izquierda y derecha. El árabe le hizo un gesto a Sheikh y el senegalés dispuso doce rayas de coca sobre la espalda desnuda de Maui. Primero aspiro el jeque, después el ruso y finalmente las modelos. Parecía que iba a ser una noche larga a juzgar por el grosor de las rayas. Como sobró algo de coca, el jeque la recogió en su mano, se la aplicó en su dedo y frotó el clítoris y la pared anterior de la vagina de Maui. La cocaína hizo una llamada al torrente sanguíneo de Maui para que acudiera en tropel y su fuente del placer creció enormemente dentro de su cuerpo. Privada de la vista, Maui casi escuchó la sangre dirigirse a su centro. La conversación continuó animada, hasta que el jeque apoyó su vaso de whisky ...
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