1. Las fantasías de un hijo con su madre XX


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Mister Dark, Fuente: TodoRelatos

    ... chupetón. Manuel, al notarlo, gimió e hizo lo mismo, dejando así a su madre marcada. En ese momento, Raquel le sorprendió con un orgasmo brutal.
    
    Raquel: ¡Soy tu puta! - berreaba.
    
    Sin tregua, sin descanso, Manuel martilleaba la vagina de su madre con su estoque, fuerte, duro, salvaje. Tras unos minutos así, Manuel decidió darle tregua a su madre, pero le sorprendió que su madre lo sentara y se empalara con su verga como una posesa en celo. Empezó a cabalgarlo, como una amazona experta, ejerciendo presión con los pliegues de su sexo en la verga de su retoño.
    
    Raquel: ¡Eres un cabrón, folla casadas! ¡A tu propia madre! - berreaba.
    
    Esa salida le hizo gracia y por eso la tumbé sobre la ducha y la penetró de nuevo, pero esta vez por el culo, abriendo de nuevo los pliegues de su recto con su verga. Empezó con un mete saca furioso, cambiando de agujero una y otra vez, sin dejar de comerle los pezones ni de pellizcárselos.
    
    Raquel: ¡Eres un hijo de puta! ¡Mi hijo! - berreó.
    
    Su calentura hizo que la madura mujer embarazada, meneando sus caderas aumentara el ritmo de la follada. Raquel gritaba loca de placer, de deseo, de morbo. Manuel machacaba el sexo de su madre, moviendo sus caderas desde el suelo. Unos minutos después, Manuel colocó a su madre a cuatro patas, dejando sus pechos colganderos, como tanto le ponía y la ensartó por el coño de una fuerte y dura estocada para, sin apiadarse de ella, coger su melena y tirar de ella, forzando su postura. Raquel gritó mitad de dolor mitad de placer. Raquel, como siempre, se sentía feliz de sentirse usada por su retoño como una hembra en celo, disfrutando y haciéndole disfrutar. Manuel seguía ahora azotando el culo de su madre e incrementando el ritmo de la follada. Raquel se corrió de nuevo. Sentir como su madre se derretía y exprimía su verga, hizo que, sin remedio, Manuel se volviera a correr dentro del coño materno. Raquel, al sentir la descarga de semen de su retoño, convirtió sus caderas en una batidora para ordeñar el falo de su retoño. Al terminar de correrse, agotados, cayeron al suelo y se besaron con ardor y pasión. Manuel no dejaba de jugar con las enormes ubres de su madre. Así celebraron la buena nueva, la familia seguía en aumento. 
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