Las fantasías de un hijo con su madre XX - Relatos Eróticos

Las fantasías de un hijo con su madre XX

... también necesito un buen baño - dijo entrando a la ducha con su hijo.

Su descaro le hizo reír y sin pensarlo, llevó una de sus manos a su entrepierna mientras con la otra, pellizcaba sus pezones. Raquel, al experimentar esa doble ofensiva, maulló de gozo y pegó su culo a su pene intentando reanimarlo. Separando sus cachetes, se lo incrustó en la raja y meneando su trasero, comenzó a pajearle mientras él hacía lo propio con ella. Cuando notó que su verga ya había conseguido alcanzar su extensión máxima, se dio la vuelta para encararlo.

Raquel: ¿Vas a follar a mami? - dijo pícara y morbosa.

Manuel: Te has metido en la ducha conmigo para eso - dijo torturando su clítoris - ¿No es así? ¡Puta!

Raquel: ¿Te calienta tener a tu mami desnuda, embarazada de ti, pidiendo guerra? - suspiró.

Manuel: Sí, y lo sabes - dijo mordiendo su lóbulo de la oreja - Me gusta verte desnuda y disfrutar de tus tetas mientras abro tu coño con mi polla.

El gemido que salió de su garganta le informó que su madre estaba muy cachonda aún. Raquel, tras un rato de estímulo y frases guarras y morbosas, se corrió nuevamente mientras su hijo le retorcía una de sus aureolas. Eso le excitó y la lanzó contra la pared y aprovechando su sorpresa, la besó metiendo la lengua hasta el fondo de su boca mientras le estrujaba su culo con las manos. La pasión con la ella reaccionó, le hizo saber que le excitaba su violencia y mientras Raquel intentaba que llevar el pene de su hijo mayor hasta su coño, le mordió el lóbulo de la oreja.

Manuel: Lo quieras o no, te voy a follar como la puta que eres, mami - dijo clavándole de una violenta estocada su verga en su chorreante coño.

Raquel: ¡Soy tu puta, la puta de tu mami, tu perra! - berreó y se abrazó a su espalda, clavándole las uñas.

Manuel le mantenía las piernas abiertas alrededor de su cintura para facilitar la penetración. Envalentonado por el rubor que cubría sus mejillas al confesarlo, le hundía la verga entre los pliegues de tu sexo con violencia y profundidad.

Manuel: Y las putas, ¿qué hacen? - gimió.

Raquel: ¡Son folladas por su macho, su semental, su hombre! - berreó mientras ponía sus dos ubres al alcance de su hambrienta boca.

Siguiendo tanto mis deseos como los suyos, comenzó a moverse con su pene golpeando la pared de su vagina mientras se la tiraba con su espalda presionando la pared del baño. Los aullidos de placer de Raquel le azuzaron y recreándose en sus ubres, usó los dientes para mordisquearlos.

Raquel: ¡Muérdelas! – aulló descompuesta - ¡Son tuyas!

Manuel le comía los pechos a su madre en celo sin parar de follarla salvajemente. Manuel sorprendió a su madre cuando, sacando la lengua, lamió su cara, mejillas, boca, cuello, dejándola llena de saliva.

Raquel: ¡Sigue! - pidió - ¡Me pones bruta! - berreó.

Manuel la obligó a abrir su boca y le dejo caer sus babas, sorprendiéndola y excitándola más aún. Llevó su boca al cuello de su hijo y le absorbió la piel, dejándole marcado con un ...