Las fantasías de un hijo con su madre XX - Relatos Eróticos

Las fantasías de un hijo con su madre XX

Raquel sentía náuseas de nuevo, estaba nerviosa, pero contenta cuando fue a la farmacia a por la prueba. Sabía que daría positiva, llevaba dos meses sin menstruación, con náuseas. Se realizó dos para confirmarlo, ya que el farmacéutico le dijo que, por la edad, por estar cerca de la menopausia, podría no estar embarazada. Lo hizo y lo confirmó, estaba embarazada, no había duda, dos pruebas lo corroboraban. Feliz, fue a casa. Allí se encontraba su hijo y su marido, pasando un día de vacaciones, tranquilamente, en casa, viendo la televisión.

Raquel: ¡Familia! - dijo feliz a voz de grito - Tengo noticias.

Roberto: ¿Cuáles? - dijo curioso.

Raquel: ¡Estoy embarazada de nuevo! - anunció - ¡Vas a ser papá otra vez, cariño! - dijo feliz a su hijo.

Roberto: ¡Vaya! ¡Felicidades! ¡Ese es mi hijo! - dijo orgulloso y morboso.

Manuel: ¡Guau! ¡Eso es fantástico, mamá! - dijo abrazándola, sonriendo.

La familia lo celebró a lo grande, salieron a pasar el día fuera, merendaron en familia, junto a los bebés y luego cenaron en un buen restaurante. Raquel miraba a su retoño, sabiendo que preparaba algo, ese pequeño truhan estaba preparando algo para hacer con su mami, y algo tenía que ver con cumplir su parte del trato. Raquel llevaba una blusa totalmente pegada y una minifalda. Resaltaba sus dos enormes ubres y su culo espectacular y bien cuidado. Tanto su marido como su hijo la contemplaban con orgullo y deseo. Ella estaba en las nubes.

Manuel: Tengo que reconocer, mamá, que para ser una madura con tres hijos y otro en camino, estás muy buena - le dijo mirándola a los ojos y besando su mano galantemente.

Raquel: Gracias, apuesto caballero, usted tampoco está tan mal - le devolvió, seductora.

Roberto estaba en un segundo plano, cuidando a los bebés, pero sin perderse ningún detalle. Hablaban ya en un tono meloso y sensual que nada tenía que ver con maternal. Raquel se comportó como una muñequita coqueta y vanidosa durante la conversación con su hijo mayor. Y lo que es más importante, ¡tenía los pitones duros como piedras! Padre e hijo eran incapaces de retirar los ojos de esos pezones erectos que la blusa no pudo disimular.

Manuel: ¡Menudo tetamen, mamá! - exclamó.

Raquel: Dicen que las tetas de una madre van en concordancia con la polla del hijo - dijo pícara.

Roberto: ¡Entonces todos han salido bien equipados con esas tetazas! - rio.

Todos rieron y provocaron la risa de los bebés.

Manuel: Cuando nuestro hijo tenga la edad suficiente, tendrás que comprobarlo, ya que serás también su puta como lo eres de tu hijo mayor - anunció en su oído, morboso.

Raquel se puso cachonda al oír a su hijo, ya que eso sería ser la puta de todos los hombres de la casa, y la verdad, era algo que le atraía. Manuel lo notó y con seguridad agarró la mano de su madre y la condujo a los lavabos de hombres. Cerró la puerta.

Manuel: Quítate la ropa interior, y dámela - ordenó, extendiendo su mano.

Raquel obedeció y tras quitarse la ropa, se ...