1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima tercera parte)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... acompañado por Paola. Pero tranquila, qué me comportaré bien. No te afanes ni te angusties, las manos se quedaran lejos de esa mujer. ¡Lo prometo! —Guardé prudente silencio, sonreí de manera embustera hacia el juvenil rostro de Antonella, más en mi interior las dudas me generaron un sinfín de tribulaciones.
    
    —Está bien, le respondí con honradez. ¡No vayas a beber mucho! No quiero que tu compañera aproveche la ocasión y resultes después con el cuentico de que te violaron. —Y nos reímos los dos, mi esposo con amplia sinceridad y yo con oculta preocupación. Por despedida un ¡Te amo! de su parte y un ¡Yo también! de la mía, con la promesa de hablar por la noche, cuando estuviera ya instalada en la habitación del hotel.
    
    Y así, pensando en todos los hechos ocurridos desde mi llegada, la intriga me pudo y no aguante más.
    
    —Antonella, por favor necesito saber algo. Entiendo que nos colabores con los informes de estas empresas y lo agradezco, pero… ¿Por qué omites a mi jefe casi siempre? Y… ¿Cómo así que esta es mi oficina? ¿Acaso mi jefe tiene otra? —Finalmente tomé valor y le pregunté.
    
    —Señora Silvia, fui contratada para ser su mano derecha. ¡Solo suya! Del señor Bárcenas y Esguerra, la encargada es usted. Además el mismo la postuló para dirigir la reorganización empresarial y yo debo cada comienzo de mes, enviarle los informes sobre cómo avanza el proceso de reestructuración administrativa y financiera. ¿No se lo comentó el señor Hugo? ¡Usted está a cargo! Nos veremos cada trimestre o antes, si surge alguna eventualidad. —Sorprendida por su franca respuesta, di el ultimo sorbo a mi cappuccino y me vi invadida por una emocionada dualidad.
    
    Me giré en la silla hacia el panorama azul que me ofrecía aquel gran ventanal. Mi jefe no había sido claro conmigo y omitió premeditamente información vital, que afectaba positivamente mi futuro laboral y que podría, por el contrario, desbalancear mi estabilidad matrimonial. Aunque no podía evitar sentirme halagada por la responsabilidad concedida y emocionada por este… ¿Ascenso?... Definitivamente con mi jefe, debería sostener una charla larga y tendida.
    
    —¿Signora Silvia? —Era Francesco que reclamaba mi atención desde el rellano del pasillo, con una carpeta plástica gris sin solapa bajo el brazo.
    
    —Hola Francesco, cuéntame. ¿Qué necesitas? —Y él sonriente se acercó al escritorio y rodeándolo, me entregó el informe y me comentó…
    
    —Me gustaría saber su opinión sobre la otra inversión. Mi padre está hablando con Hugo para conocer su dictamen y a mí me interesaría conocer la suya. Me encantaría junto a Doménico, invitarla a almorzar mañana y de paso usted conoce el lugar. ¡También mañana inauguraremos el sitio! ¿Qué le parece?
    
    —Hummm, si claro por supuesto. Déjale la carpeta a Antonella. Me gustaría ir entonces al hotel para dejar nuestras cosas y refrescarme un poco. Luego la revisamos con calma. Ahhh y otra cosa más Francesco, por favor no me llames más señora que me haces sentir vieja. Silvia, a ...
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